La columna del lunes: cinco razones para una barrida en Holguín

Avanza al calendario de la 64ª Serie Nacional de Béisbol y la distancia de los Toros de Camagüey con respecto a la primera posición y la zona de postemporada es más amplia.

La última visita, a Holguín, dejó al equipo como una tropa de ejército que fue a atacar un cuartel y terminó como prisionera. Más allá de las cinco derrotas en igual número de presentaciones, parte del colectivo culminó hasta cumpliendo sanciones.

Más allá de lo extradeportivo, vamos a un análisis por juego para identificar las razones de la barrida.

Razón 1. El segundo juego confiscado.
Cuando los agramontinos ganaban su juego de inicio de subserie ante los de Holguín, le fue confiscado un partido de pelota por la utilización de un jugador que no estaba en la lista de los habilitados. El caso anterior ocurrió en el estadio Cándido González, el 25 de septiembre frente a Mayabeque.

Junto al resultado, se fue la quiebra las tardes de lujo por parte de Rafael Álvarez, Yordanis Samón, Reynaldo Almanza, Ermindo Escobar, Eglis Eugellés y Leonardo Casado, autores de más de un incogible ante el picheo de los nororientales. También la salida de calidad de Yasel Labrada, con una carrera limpia en seis entradas.

Razón 2. Equipo que permite remontadas
Parecía que el miércoles llegaba la venganza de lo ocurrido en la fecha anterior, pero la suerte duró hasta la novena entrada, cuando los Cachorros le dieron la vuelta al marcador y culminaron venciendo a sus rivales.

El abridor Edgar Suárez estaba tranquilo en el banco, luego de que no tuvieran consecuencias las seis carreras limpias que toleró en cuatro entradas y un tercio. En cambio para Félix Guerrero fueron demasiadas las cuatro subidas a la lomita en un mismo desafío y terminó llevándose el punto de la derrota tras permitir el empate por jonrón de Michel Gorgüet y regalarle a los holguineros la carrera de la victoria luego de darle base por bolas Ernesto Torres con las bases llenas. La jornada perfecta de Leonel Moas Jr. con el bate de 4-4 y los cuadrangulares de Álvarez y Almanza no fueron suficientes.

Razón 3: Ausencia del apoyo ofensivo en un juego clave
El lanzador Riquelme Odelín logró otra apertura de calidad y completó ocho entradas sin poder llevársela victoria puesto que sus compañeros, a pesar de pegar nueve incogibles, solo pudieron pisar la goma en par de ocasiones.

En frente tuvo a un viejo conocido de la afición camagüeyana llamado Carlos Alberto Santiesteban, quien de seguro recordó cuáles son las deficiencias de sus otrora compañeros de equipo. Cuando se revisa el balance de inatrapables conectados por veces al bate, no fue un mal partido para los de la parte superior de la alineación, en el casillero de las carreras impulsadas solo Luis González Azcuy pudo anotarse una.

Razón 4 El reencuentro negativo
Si a Carlos Santiesteban le fue bien al enfrentar a sus excompañeros de equipo, Rodolfo Sorís, como otra cara de la moneda por su pasado holguinero, le fue mal. El zurdo de Mamanantuabo toleró siete carreras limpias en cuatro entradas y un tercio, su primera derrota en el campeonato. Quedó en vano el esfuerzo de la alineación reaparecida luego de un día anterior nefasto en cuanto a la impulsión de carreras. En el casillero de los remolques plasmaron su nombre Alexander Ayala, cuatro veces, un Yan Rey Pomares que amenaza con adueñarse de la receptoría y otros cuatro jugadores. El resultado sería la tercera derrota por diferencia de una carrera consecutiva.

Razón 5: No se puede ni salvar la honrilla
La diferencia en el juego de despedida fue de 10 carreras en el marcador con las nueve entradas jugadas. Para los odiadores de la regla de la misericordia, que son al parecer bien pocos, sería algo positivo. Concretamente los siete lanzadores de Camagüey utilizados —que no acceden los tres años de experiencia en la primera categoría— encontraron una alineación rival capaz de pegar cinco cuadrangulares e impulsar 16 carreras como respuesta a ocho bases por bolas.
Tan importante es en la pelota cubana actual la ofensiva que lanzadores como Michel Cabrera, se dan el lujo de ser máximos acumuladores de victorias y juegos salvados sin grandes demostraciones. Un ejemplo fue la del domingo con tres carreras limpias y dos bases por bolas en cuatro entradas.

Entre los colectivos, el equipo de mayor promedio de imparables por veces al bate, sigue siendo Camagüey , el mismo que hoy amanece duodécimo en la tabla de posiciones. La defensa sigue estando mucho mejor que la media en la temporada. El culpable de todo quizá sea el pinchéis, pero también tiene estadísticas que le salvan de decir que es un desastre.

Las contradicciones en el desempeño debe mejorar ante de Cienfuegos para evitar otra catástrofe y cinco razones para una barrida.

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