
Con sus propios ojos
La esquina de mi cuadra, donde la sombra de un popular árbol de mango en mi pueblo natal (Guáimaro, Camagüey) era el lugar perfecto de reunión para los «socios» del barrio. Bolas, trompo, el escondio’ o el topao’ eran parte del día a día de los más pequeños del barrio. Yo prefería aquellos juegos q…