¿Conoce a alguien con un piercing ?

¿Algún conocido tiene piercing? Seguramente la respuesta es si ya que este elemento es cada vez más común en la sociedad. Un piercing es una perforación en el cuerpo donde se inserta una joya y se utiliza como una forma de expresión personal, cultural o estética. De estos elementos existe una gran variedad de diseños, desde los más comunes como los de la oreja y la nariz, hasta los más inusuales como en la lengua y la ceja.

Aunque muchos lo asocian con una práctica reciente por su auge en los últimos tiempos, no hay nada más lejos de la realidad. Este arte corporal ha estado presente durante siglos, desde las antiguas civilizaciones hasta la época contemporánea.

En el antiguo Egipto, los piercings eran comunes entre la realza como símbolo de estatus, y los romanos también los utilizaban, sobre todo en los pezones, ya que para ellos representaba virilidad y valentía.

Actualmente, los más usados son los del cartílago y el lóbulo de la oreja, con un aproximado de cincuenta y cinco por ciento en estadística mundial. Existen también lo simuladores, para aquellas personas que desean lucirlos sin necesidad de la perforación

Por otra parte, una de las principales desventajas es el riesgo de infección, en especial si no se realiza en un entorno higiénico o si no se usan materiales hipoalergénicos  como el acero quirúrgico para minimizar el riesgo de reacciones adversas. El cuidado en los días posteriores de su realización es de suma importancia para prevenir las infecciones, ya que en casos graves puede requerir, incluso, de tratamiento médico.

El proceso de curación puede resultar incómodo y doloroso en el caso de ciertos piercings, como los de la lengua y los labios, que interfirieren en actividades cotidianas básicas, como comer o hablar. Por tanto, esta decisión requiere de investigación y responsabilidad, no debe ser apresurada para evitar riesgo innecesarios en el futuro .

Los piercings han evolucionado desde prácticas antiguas con significados culturales y rituales, hasta convertirse en una forma original de autoexpresión. Su aceptación  y popularidad continúan creciendo, ya que son una manera de desafiar las normas sociales y explorar la identidad propia de cada individuo, no un ataque a la moralidad, la inteligencia o la utilidad social.

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