Como Vilma, por siempre
Hace solo unas horas conocí en una finca dedicada a la ganadería a una mujer impresionante, no por su físico: pequeña, regordeta, ágil y dinámica, con una sonrisa luminosa, unos ojos que brillan con particular fulgor, y una voz alta y vibrante como un clarín. Pero cuando se la observa, dedicada por entero y con…