¡Ay del que separa niños…!

Apenas nos restan unas horas para que se celebre la edición 47 del  Día de los Niños en Cuba, como corresponde a cada tercer domingo de julio, para el ameno homenaje a los que saben querer, al futuro de la Revolución.

El verso inicial, trasformado en titular del comentario, tiene la intención de reconocer el niño interior del periodista, al camagüeyano  de intensa y novedosa obra literaria  Nicolás Guillén Batista, quien dedicó también textos a los niños, con el mismo fervor con el que expresaba sus ideas políticas, entre ellas las socialistas, nada bien apreciadas por sus contemporáneos, sobre todo por el color de su mulata piel.

En el aniversario 30 del fallecimiento del Poeta Nacional de Cuba (16 de julio de 1989) es oportuno destacar entre las múltiples innovaciones estilísticas  desde gran clásico entre las lecturas de corte infantil que es el poemario “Por el Mar de las Antillas anda un barco de papel” (1977),  “Poema con niños”, “Sensemayá” y su canto para matar a una culebra,  hasta el audio de “Canción de cuna para despertar un negrito” (1988).

El quehacer  periodístico comienza cuando tenía unos 22 años de edad,  a finales de marzo del año 1924, cuando la dirección del periódico provincial “El Camagüeyano”, de tendencia conservadora al parecer en una maniobra política convoca a su redacción a Guillén, de ideas liberales heredadas del padre. Acepta la propuesta luego de su cesantía «en el Ayuntamiento por el delito de pensar con su cabeza», se hace cargo y transforma para bien los contenidos de la propaganda comercial en la sección “Pisto Manchego”.

En total escribió bajo el seudónimo de Interino 421 columnas de corte costumbrista, con crónicas afiladas y satíricas, y algunos estudiosos de la obra guilleana afirman que una tercera parte de los contenidos se referían a temas políticos locales, nacionales e internacionales, sobre todo antiimperialista.

La causa del abandono de esta sección, tras alrededor de dos años de labor periodística, fue entre otras, la divergencia con el director del diario sobre una campaña a favor del trabajo infantil.

En un reciente conversatorio  durante la conmemoración del nacimiento de Guillén, el periodista camagüeyano Eduardo Labrada Rodríguez, de larga data profesional en el periódico provincial “Adelante”, puntualizaba que el directivo de “El Camagüeyano” propugnaba la idea que una manera de ayudar a los pobres es que los niños trabajaran, por ejemplo en la venta del libelo.

Esas ideas no podían caber en la mente de un cubano que se había fogueado en la política, no ya liberales sino relacionados con tendencias izquierdista.

 Al referirnos al mundo alegórico de Guillén y los niños, es justificado citar completa la estrofa del verso:

¡Ay del que separa niños,

porque a los hombres separa!

El sol sale cada día,

va tocando en cada casa,

da un golpe con su bastón,

y suelta una carcajada…

(La sangre es un mar inmenso /El son entero / 1947)

 

(Con fuentes de Cubaliteraria y La Jiribilla)