La Habana.- Cuba agiliza el comienzo de las investigaciones científicas relacionadas con el virus de chikungunya, en el marco de una respuesta nacional en la que la ciencia desempeña un papel protagónico.
Con una amplia experiencia en la lucha antivectorial como tarea estratégica fundamental, el país despliega acciones integradas dentro del Plan Nacional de Control de las Arbovirosis, un programa aprobado que articula todos los componentes socio-sanitarios, preventivo-epidemiológicos y de atención médica, y que concede especial énfasis a la preparación, superación y capacitación continua de los recursos humanos.
Estas acciones se inscriben en una estrategia nacional que articula esfuerzos desde la ciencia, la salud pública y la innovación, y responden a la compleja situación epidemiológica que presenta la enfermedad en el país, aprovechando las valiosas experiencias dejadas por el enfrentamiento a la COVID-19.
A decir de la doctora Ileana Morales Suárez, directora de Ciencia e Innovación Tecnológica del Ministerio de Salud Pública (Minsap), el Comité de Innovación para la Salud ha venido evaluando nuevas acciones en tres direcciones fundamentales: contrarrestar los índices de infestación del mosquito vector, perfeccionar el tratamiento clínico de la enfermedad y reducir o eliminar las secuelas que deja en los pacientes recuperados.
De manera particular, se ha concedido prioridad al inicio de las investigaciones relacionadas con el chikungunya, una enfermedad de presencia más reciente en la Isla. Según informa Morales Suárez, en los próximos días comenzará el primer estudio clínico sobre esta dolencia, el cual se desarrollará en cuatro hospitales de las provincias de Matanzas y La Habana.
El objetivo del ensayo es evaluar la eficacia del medicamento cubano Juzvinza en el tratamiento de las manifestaciones inflamatorias articulares que persisten en muchos pacientes una vez superada la infección. Este estudio forma parte del sistema nacional de innovación en salud, que busca ofrecer respuestas rápidas, seguras y sostenibles a los principales desafíos epidemiológicos del país.
En esta iniciativa participarán científicos consagrados con una amplia trayectoria en investigación biomédica, junto a jóvenes investigadores y especialistas comprometidos con el desarrollo científico y con la salud de la población cubana. Esta colaboración intergeneracional reafirma el papel de la ciencia como fuerza motriz en la defensa de la vida y la soberanía sanitaria nacional.
Por su parte, la doctora María Guadalupe Guzmán Tirado, directora de Investigación, Diagnóstico y Referencia del Instituto Pedro Kourí (IPK), señala que el aumento de contagios por chikungunya se debe, principalmente, a que el virus no había circulado antes con la actual intensidad, lo cual explica los bajos niveles de inmunidad en la población.
El control vectorial continúa siendo una prioridad esencial, a la que se suman el diseño y la evaluación de intervenciones profilácticas, terapéuticas y de rehabilitación, dirigidas a enfrentar de manera integral los efectos del virus.
Las autoridades sanitarias ratifican que estas investigaciones forman parte de una respuesta coherente, basada en la evidencia científica y en la experiencia acumulada del sistema de salud cubano, que continúa apostando por la innovación, la cooperación y el compromiso humano como pilares para proteger la salud del pueblo.
En palabras de la doctora Morales Suárez, «la ciencia cubana se distingue por su sentido de urgencia, su visión humanista y su profunda vocación de servicio. Cada investigación que iniciamos representa una esperanza más para nuestro pueblo y una contribución al conocimiento y la salud global».
