La columna del lunes: la realidad de Camagüey en la carretera

Parecía un espejismo el pronóstico del resultado final de la serie particular que llevó a los Toros a Ciego de Ávila. Siempre lo fue porque la rivalidad entre estos dos equipos desafía los años y las lógicas.

Así lo mostró la realidad de un enfrentamiento bien diputado, donde el rival menores aspiraciones en el papel mostró, con creces, superioridad a otro que puede ser de los que tiene tela por donde cortar en las aspiraciones de incluirse en la postemporada.
Solo de esperado fue el inicio del enfrentamiento:

– Un partido concluido en ocho entradas por la regla de la misericordia. Una ofensiva de 17 imparables por parte de los dirigidos por Joan Andreu Delin.
– Una defensa negativamente impresionante de los discípulos de Dani Valdespino con cinco errores.

En el aspecto individual, un Dariel Góngora de la Torre con salida de calidad en seis entradas sin permitir carreras limpias, con un total de tres ponchados y un boleto junto con dos indiscutibles. Tarde perfecta vivieron Eglis Eugellés en cuatro oportunidades y los bateadores sustitutos Lisván Fajardo y Rafael Álvarez, estos últimos en una ocasión.

La sorpresa llegó a partir del miércoles cuando el alto mando de los agramontinos puso a su mejor carta sobre la lomita: José Ramón Rodríguez. La batería de los Tigres imitó algo parecido al ataque del día inaugural de la 63ª Serie Nacional de Béisbol ante el santacruceño y lo sacaron del partido en el cuarto episodio tras anotarle cinco veces, de manera limpia en dos de ellas. Evitaron de esa manera, la tercera salida de calidad del número 30.

Si bien, no le salió el plan a la perfección a los lanzadores, mucho menos a los toléreles con la función de impulsar carreras.

Consciente la novena de que el aporte ofensivo es fundamental para aspirar a la victoria ante un llamado “equipo débil”, desde temprano en el tercer partido, salieron los de casaca roja y pantalón azul obscuro al ataque. Tuvieron de respaldo otra tarde para el olvido por parte de los defensores al campo rival.

Sin embargo, cinco de los seis serpentineros que subieron a la loma por Camagüey toleraron imparables que hicieron posible a los actuantes como local acortar ventajas y lograr una remontada casi en el final.

¡Señora y señores! El inicialista Yordanis Samón conectó cinco imparables en cinco turnos, impulsó dos y también anotó par de veces y sin embargo… no puedo celebrar del todo con la derrota.

Las Peñas Deportivas organizaron un viaje a Ciego de Ávila para el apoyo directo a la novena de su tierra en el estadio José Ramón Cepero. Entregaron una bandera cubana, al mentor y un ánimo al abridor previsto para la tarde, Riquelme Odelín.

En la acción del juego, el derecho —incluido en el equipo cubano de menores de 23 años y el más valioso de la pasada semana—, logró una salida de calidad a pesar de momentos con un descontrol en sus envíos. Otra remontada avileña marcaría el final del choque amenazado por la lluvia que nunca cayó

Rafael Álvarez pegaría su segundo cuadrangular de la temporada, todos en calidad de bateador sustituto. Otro que mandaría la pelota por encima de la cerca de los jardines fue Alexander Ayala, sin embargo, nada fue suficiente para evitar el tercer revés en línea.


La adquisición más destacada para el cuerpo de lanzadores de los camagüeyanos en la presente temporada, no hizo quedar mal a la confianza del cuerpo técnico y se trepó lomita para tirar siete entradas sin permitir carreras limpias. El tunero Yasel Labrada evitó un escándalo en las conclusiones de la primera experiencia luego de recorrer la carretera este año. Por la ofensiva Alexander Ayala trajo dos de las tres anotaciones por impulso.

Como en ocasiones anteriores, los tigres de Ciego de Ávila plantaron cara a los Toros. Más allá de la inexperiencia que hay en su colectivo de jugadores. Demostraron, una vez más, que la historia de la palma del estadio Cándido González le mantiene vivos los deseos de venganza.

Su bateo colectivo dejó al cuerpo de lanzadores de Camagüey con una efectividad de cuatro carreras cada nueve entradas, y a la defensa con descensos en el promedio tras la consecución de conexiones difíciles que provocaron pifias.

A pesar del resultado adverso en la primera serie particular como visitante, los camagüeyanos amanecieron este lunes en zona de clasificación con balance positivo de ocho victorias y siete fracasos. Al estadio Cándido González vuelven para el enfrentamiento ante los huracanes de Mayabeque, un rival dañino, sea cual sea el nivel de su plantilla a lo largo de los años.

En la presente temporada lograron cortar la racha ganadora de los Cocodrilos de Matanzas tras su enfrentamiento en San José de las Lajas. Cuentan en su rotación además con el líder en promedio de carreras limpias Yadián Martínez.

Las claves para la victoria de los Toros, frente a los que visten de rojo vino, estarán en superar a un picheo y defensa con números mejores. La necesidad de un resultado positivo es clave, teniendo en cuenta que será la previa a un recorrido por la Isla de la Juventud y Santiago de Cuba posterior al duelo con los huracanes.

Pudiera ser también la despedida del la principal carta de triunfo José Ramón Rodríguez, quien debe irse a Venezuela para su contrato profesional.

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