Así mismo fue. David superó a Goliat. El gallo pudo más que el toro aunque sean incomparables una espuela con un cuerno.
La novena de Sancti Spíritus estadísticamente era el conjunto que menos bateaba en cuanto a promedio, contrario a la de Camagüey que en ese aspecto paseaba la distancia. Si la defensa se trata, la tropa azul y anaranjada está un poco por debajo de la media del campeonato que roza el .968, algo que los agramontinos ven con tranquilidad al solo ser superados en dígitos por los matanceros. ¿Dónde está la diferencia? En el cuerpo de lanzadores.
Los visitantes no cuentan con el mejor conjunto en cuanto a promedio de carreras limpias, tampoco el de mayor número de ponchadores, pero ven en los hombres que suben al montículo su mejor arma y así se llevaron el compromiso particular ante sus rivales del estadio Cándido González.
José Isaías Grandales dejó en cinco incomibles a los bateadores que enfrentó en 23 turnos y tuvo el apoyo del relevista Yankiel Mauris para asegurar el primer triunfo para el bando de lo más al centro del país. Le arruinaron la tarde a Rodolfo Sorís, que con una buena actuación se fue con su tercer revés de la temporada.

Acomplejados, salieron los miembros de la alineación más efectiva para promediar y le pegaron fuerte a las bolas rápidas de José Eduardo Santos, segundo abridor de los yayaberos. Damián Leyva bateó 3 incogibles en cuatro paradas en el plato y además pegó un cuadrangular para guiar a sus compañeros al triunfo.

El clima de los días siguientes interrumpió los planes.
Ni siquiera el viernes. Fue el sábado con doble la cartelera y sin llegar a las nueve entradas en cada desafío.
El abridor por los camagüeyanos, Raidel Rodríguez, se quedó con las ganas de repetir una actuación como la que tuvo en el estadio Latinoamericano frente a los Industriales y terminó como responsable del revés al tolerar dos carreras limpias en la sexta entrada que en definitiva fueron suficientes para el resultado final a favor de los yayaberos.
Una nueva venganza sería en el choque que comenzó media hora después de terminado el primero. Leonel Moas Jr. pegó cuadrangular, Rafael Álvarez y Reinaldo Almanza se fueron de 4-4 y todo fue tan brillante que un árbitro puso prórroga como en el balompié, en este caso fue luego de un walk off hoy.
Más allá de los criterios, situaciones como esta pueden suceder cuando:
– Los juegos de pelota no llegan a la novena entrada
– Existen reglas de misericordia en partidos cortos
– Los equipos juegan con casacas opuestas a su función de visitador y local


Si con buena labor de los serpentineros aspiraban a triunfar los espirituanos en el inicio, en el final repitieron el plan. Yoannys Hernández Cruz, sin una bola rápida y con mucho control tiró siete entradas sin carreras en contra. Contó con apoyo de sus compañeros a la ofensiva y dieron el golpe ante sus rivales.

El cuerpo de lanzadores de Sancti Spíritus tuvo cuatro representantes en el partido que concluyó 11 x 1. En el resto, todo lo resolvieron con dúos.

Por cierto, el duelo entre los bateadores de números históricos en activo dio colorido y Frederic Cepeda tuvo mejores números que Yordanis Samón en su “cara a cara”.
El revés ante los Gallos constituye el sexto en la temporada para los Toros y el segundo consecutivo.
Están con posibilidades de subir al octavo puesto si aparece una racha de juegos ganados de forma consecutiva ante rivales exigentes como los campeones de Las Tunas, los difíciles Cocodrilos de Matazas en el estadio Victoria de Girón y los efectivos Cazadores de Artemisa.
El grupo sigue en la cima del bateo entre los colectivos, segundos en defensa y si los lanzadores son el talón de Aquiles por promediar por encima de las cinco carreras limpias, ante los espirituanos cuatro de los cinco abridores tuvieron salidas de calidad.
Falta aún calendario y la liga está pareja.
