Santa Cruz del Sur- El asalto al tren de Santa Cruz, el 5 de agosto de 1958, fue una acción revolucionaria clave durante la lucha contra la dictadura de Fulgencio Batista, protagonizada por el Movimiento 26 de Julio.
El hecho ocurrió en el sur de Camagüey, específicamente en la ruta del tren entre Camagüey y Santa Cruz, con el fin de debilitar al régimen batistiano y demostrar el crecimiento de las fuerzas revolucionarias en la región.
Los participantes en la toma del tren fueron combatientes clandestinos del Movimiento 26 de Julio, entre ellos: Jacinto González, Waldemar Díaz y José Chelala, quienes murieron durante el suceso, también Orestes Gallardo, sobreviviente del asalto, porque logró lanzarse del tren.
Ese acontecimiento histórico, tuvo un impacto simbólico, porque mostró que la Revolución cobraba fuerzas en el territorio camagüeyano, enfrentando al gobierno de turno y convocando al pueblo a apoyar la causa; también fue un precedente de la ofensiva final de 1958 -1959, que culminó con el triunfo revolucionario y demostró la capacidad de coordinación y audacia de los rebeldes, quienes intentaron detener el tren militar, pero enfrentaron una fuerte resistencia, que dejó bajas significativas. El hecho es recordado como un ejemplo de sacrificio y determinación en la historia de Cuba.
Zaida González Agramonte, hija de Jacinto González, tenía solo cinco años, cuando asesinaron a su padre, un hombre humilde que se unió al Movimiento 26 de Julio para luchar contra los oprobios de la épocay que entregó su vida en una de las acciones más temerarias realizadas en 1958 contra la dictadura batistiana.
En homenaje a los rebeldes asesinados en ese combate y para perpetuar la memoria, cada 5 de agosto, familiares, combatientes y habitantes de Santa Cruz del Sur, realizan peregrinaciones al cementerio local para honrar a los caídos.