Camagüey- Bajo una pertinaz llovizna, una representación del pueblo camagüeyano se congregó una vez más frente a la Casa Natal del Mayor General Ignacio Agramonte Loynaz, para conmemorar un nuevo aniversario de su natalicio.
Como es habitual, se realizó la peregrinación desde la céntrica Calle Independencia hasta el parque que custodia su memoria, sitio sagrado para la identidad de la provincia.
Los asistentes rindieron tributo a la figura del prócer, cuyo liderazgo militar durante la Guerra de los Diez Años y su pensamiento emancipador marcaron el camino de la lucha por la independencia nacional.
En un acto de honda significación, se depositó una ofrenda floral al pie de la estatua ecuestre que perpetúa su imagen, símbolo perdurable de su legado libertario.

Ignacio Agramonte, caído en combate con apenas 31 años, legó a la nación cubana una estela imborrable de valor, principios éticos y compromiso irrenunciable con la justicia. Su genio militar, unido a una integridad moral a toda prueba y una visión humanista del porvenir, lo erigen como faro permanente de las actuales y futuras generaciones.
El Mayor, orgullo imperecedero de Camagüey, encarna el más puro sentido del deber y la entrega incondicional a la Patria. (Fotos: OHCC)
