¿Busca alivio o vitalidad? Camagüey tiene una propuesta milenaria (+fotos)

Ejercer el derecho de defenderse de la enfermedad con las armas de la disciplina y el ejercicio es una facultad que disfrutan no solo los cuerpos jóvenes. En Camagüey, hombres y mujeres de la tercera edad demuestran cada amanecer que la vitalidad es una conquista personal.

Los ancestros creían que la eterna juventud residía en los movimientos del Wushu, una verdad que se refuerza en la devoción de nuestra ciudad por la práctica de esta disciplina milenaria.

La celebración del vigésimo aniversario de la sede camagüeyana de la Escuela Cubana de Wushu y Chi Kung demostró cómo este legado se mantiene vibrante tras dos décadas de práctica ininterrumpida. Siete núcleos comunitarios han convertido los parques y plazas en santuarios para la salud.

Rolando Pérez Martín, instructor con veinte años de experiencia en esta sede, aclara la naturaleza complementaria de ambas prácticas.

«El Wushu representa la vertiente dinámica y marcial, mientras que el Chi Kung constituye la faceta terapéutica y meditativa», afirmó.

El Wushu despliega su poderío a través de ejercicios que tallan la fuerza muscular, pulen la flexibilidad y agudizan la coordinación. En cambio, el Chi Kung se despliega con movimientos serenos y respiraciones profundas que armonizan el flujo energético y erradican las tensiones. Con esta perfecta simbiosis entre cuerpo, mente y espíritu se logra un sistema completo de autosanación.

La grandeza de esta práctica marcial radica precisamente en su universalidad. Beneficia por igual a jóvenes atletas, a sedentarios que rehúyen el ejercicio convencional y a ancianos que buscan alivio para sus dolencias.

La geografía urbana se ha transformado en los últimos años en un mapa de bienestar. Desde el Lago de los Sueños hasta el barrio La Guernica, pasando por el Parque Agramonte y la Plaza de la Revolución, siete grupos se distribuyen estratégicamente para democratizar el acceso a estas disciplinas.

El modelo de formación constituye el pilar de este éxito comunitario. Bajo la dirección del maestro Orelvis Hugo Torres, se ha establecido un sistema de capacitación que transforma a practicantes avanzados en instructores certificados. Los siete mentores actuales resultan insuficientes para la demanda creciente, lo que motivó el inicio de un nuevo curso de formación en colaboración con el Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (Inder).

La convocatoria permanece abierta para quienes busquen no solo beneficiarse personalmente, sino también para aquellos con vocación docente que deseen guiar a otros en este camino.

Si aún no queda claro, el secreto para conquistar la eterna juventud no reside en detener el tiempo o extenderlo, sino en armarse con la valentía para vivirlo con plenitud. Quien cultiva su energía y armoniza su espíritu, habitará para siempre en su propia primavera.

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