En las costas de Santa Cruz del Sur el cielo se funde con el mar en un beso apasionado. Desde hace años , la vida de este pueblo está entrelazada con las olas, la espuma y el olor a pescado.
Las aguas turquesas son testigo del sacrificio y las pieles tostadas de pescadores con redes cargadas de esperanzas. Los barcos son un elemento habitual en el horizonte de este pedazo de geografía camagüeyana.
No todo es idilio; la fuerza del mar también ha mostrado su parte cruda hacia esta comunidad. Sin embargo, los santacruseños reafirman su vínculo con el mar, y reafirman que, aunque las olas puedan ser implacables e impredecibles, siempre hay un puerto seguro al que regresar.
Fotos: Leannys Cedeño Blanco