En vísperas de otro knock out al bloqueo

Un amigo entrañable, típico jaranero criollo, me dijo con una media sonrisa en su rostro ¨veremos si Obama vota en contra del bloqueo este año en la ONU¨.

Y aunque pudiera parecer un dislate, no deja de asistir algo de razón al chistoso vecino, o al menos eso cabría pensar si se analizan las  votaciones ante el organismo internacional durante los últimos años, en la última de las cuales solo Israel acompañó a los Estados Unidos, cuando 188 países aprobaron la condena al bloqueo.

Únicamente un régimen como el de Tel Aviv, que comete día tras día asesinatos de civiles inocentes, una buena parte de ellos niños, mujeres y ancianos, puede dar su asentimiento a una política tan descabellada como inútil, que ha condenado a once millones de habitantes de una pequeña isla caribeña, a las mayores precariedades y privaciones.

Como se conoce, el cerco con que la primera potencia mundial trata de asfixiar a la mayor de las Antillas desde hace 54 años ha causado daños que  se valoran en cientos de millones de dólares.

Pero no solo es el impacto de la guerra financiera y comercial, sino que esferas como la salud enfrentan a diario las limitaciones que obligan a acciones casi mágicas en el afán, hasta ahora exitoso, de salvar vidas y prevenir enfermedades, esas que diezman poblaciones enteras en países de Asia, América Latina  o África.

El mundo entero vota a favor de Cuba y sin dudas, ese sentimiento universal ha sido decisivo en el inicio de un camino hacia la normalización de relaciones entre los dos vecinos, cuyo primer paso dieron ambos presidentes en diciembre pasado.

No cabe dudas de que la intención del Goliat de estos tiempos por doblegar a David solo ha servido para aislar cada vez más a los abanderados de la falsa democracia, quienes no pueden negar el papel que ha desempeñado la isla en la altruista misión de llevar salud, educación, cultura y deporte a millones de enfermos, hambreados, analfabetos de todos los rincones del planeta.

Retomemos pues, las estadísticas y apliquemos el estilo de los narradores de béisbol, baloncesto o fútbol:

¨En 2014, el partido cerró con marcador de Cuba 188, Estados Unidos 2…¨

Y preguntemos: ¨ ¿Señor Obama, lo acompañará nuevamente Israel, o se quedará solo el representante de Tel Aviv, cuando el enviado de Washington se sume al grupo de la razón y la justicia?

Pudiera ser, ya veremos.