Recorrido de Díaz-Canel por Nueva York

Si hay un lugar que sobrecoge en esta ciudad es la zona cero, escenario donde antes estaban las Torres Gemelas del World Trade Center y donde hoy se levantan el National 9/11 Memorial y el nuevo World Trade Center. 

Hasta allí llegó en la mañana de este sábado el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, en compañía de otros miembros de la delegación cubana que por estos días ha desarrollado un intenso programa de visita en el contexto del 73 periodo de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas. 

El Jefe de Estado se detuvo en el área donde están ubicadas las dos fuentes que marcan los espacios que antes ocuparon las torres derribadas por el terrorismo el 11 de septiembre de 2001. La caída incesante del agua, los bordes oscuros —donde están grabados los nombres de las víctimas—, el sonido del viento frío rasgado por sonidos lejanos de la urbe, invitaban a la meditación, a la reverencia sobria.   

No lejos de la caída de las aguas, un árbol peculiar, conocido como «de la vida», atrajo la atención del mandatario. Es el único que se levantaba antes del hecho siniestro en la zona y que, luego de ser retirado del suelo y vuelto a plantar, existe como mudo testigo de un día terrible. 

Ya dentro del memorial los miembros de la delegación cubana pudieron observar detalles que dan fe de los sucesos terribles que cortaron el hilo de la vida de casi 3 000 seres humanos: restos de antenas, un coche de bomberos, columnas metálicas con las huellas de la destrucción, los rostros de víctimas… y en una pared en penumbras, la frase que pide no olvidar, ni un solo día, a quienes murieron aquel 11 de septiembre. 

Así debe ser porque, como reflexionaba Díaz-Canel a la salida del memorial, un solo ser humano cuya existencia sea segada por el terrorismo tiene que dolernos. 

Otro espacio que acogió al Presidente fue el Museo de Historia Natural de la ciudad. Inmerso en un universo de maravillas arqueológicas y de trazas que explican historias evolutivas de muchos seres vivientes sobre la Tierra, el mandatario se sintió gratamente impresionado por la profesionalidad de los anfitriones, quienes le mostraron, entre otros detalles, cuánto se conoce allí sobre la fauna cubana gracias a un intercambio entre la institución y estudiosos de la Isla, el cual data de más de un siglo.

El periplo no podía olvidar a la estatua ecuestre de José Martí —que muestra al Apóstol cayendo en combate—, ubicada en el Parque Central de Nueva York, la misma cuya réplica fue inaugurada en La Habana en enero de este año. Hasta el lugar llegaron el mandatario y quienes junto a él integran la delegación cubana.