Antonia quiere comprar mangos para llevar a la casa. Con ellos hace jugo, dulces y compota para las meriendas y lascas para acompañar la comida. “¿Qué si ayudan?, mucho, más en estos tiempos que los alimentos están tan escasos y los que aparecen perdieron la cordura de los precios”, asegura. Antonia quiere comprar mangos pero no puede porque a su chequera es imposible estirarla más y una de estas frutas de clase, una sola —a 6.80 pesos la libra— puede costarle entre 15 y 20 pesos.

Si ella supiera que mientras los contempla en el mostrador del mercado La Arboleda, en el reparto Julio Antonio Mella de la ciudad de Camagüey, a menos de cinco kilómetros de allí se pudren por pilas en las fincas Nros. 12 y 17 de la Unidad Básica de Producción Cooperativa (UBPC) 1ro. de Enero.

Las aguas de los últimos días del mes de mayo adelantaron la maduración en casi toda la pro-vincia. La “1ro. de Enero” no fue la excepción y Agustín Garrido Ramos aprovechó la bondad de la naturaleza para, junto a su familia, recoger los “mangototes” súper Haiden en la finca 17, ubicada en el camino viejo a Nuevitas, en las inmediaciones de la circunvalación norte. Con las frutas seleccionadas y maduras la angustia de este cooperativista comenzó cuando los días pasaron sin que la base productiva o Acopio buscaran el producto que, como todos saben, no puede esperar.

 

Llamadas, alertas, gestiones resultaron estériles. La orden que les dieron fue: “saquen el mango que se está pudriendo, mídanlo en cajas y tírenle fotos para cuando Acopio pueda venir esté la evidencia”. El pasado lunes 7 de junio recogieron la mercancía; 10 días después, cuando ya el daño era irreversible. Se descompusieron 320 cajas, 128 quintales aproximadamente, que es igual a 12 800 libras.

“Nosotros hubiéramos llenado el carretón de caballo o el de los bueyes para salir a venderlo aunque fuera en los repartos cercanos, pero no tenemos la autorización de la UBPC”, asegura Ricardo Mon-taña Téllez, otro cooperativista, que atiende la fi nca No. 12, colindante con la de Agustín.

De las 165 cajas que cosechó este joven, solo pudieron aprovecharse 35, el resto está allí como muestra dolorosa de la indolencia y la inefi ciencia. “Desistí de tumbar. Para tenerlo aquí apilado y ver como se pudren, los dejo en el mangal. Duele ver como se pierde la comida y que uno no pueda ni regalarla”, asegura quejumbroso.

¿MANGOS SIN DESTINO?

“La UBPC tiene estimadas para la actual campaña unas 300 toneladas. De ellas están contratadas con Acopio en el municipio con destino a la in-dustria 278. Coincidió con los días de la maduración adelantada una rotura en la fábrica de conservas El Mambí y no había destino para el que ya tenía-mos cosechado. Lo vimos con Acopio y el Gobierno del territorio pero no hubo solución. Este producto está muy caro en los establecimientos y por esa razón sale lento”, asegura Elio Veny Martínez González, presidente de la unidad básica.

“Se perdieron en esa semana 38 toneladas, unos 826 quintales. Vamos a hacer la demanda para que nos lo paguen y los trabajadores no se queden sin su dinero”.

Qué bien que no haya afec-tación al salario de los cooperativistas pero la pérdida económica está, es innegable. Unas 82 650 libras, —hoy podridas— serán remuneradas, mas pudieron haber llegado a la población. Resulta difícil, para no decir imposible, entender que mientras el en-granaje fabril reiniciara no se buscaran alternativas para su comercialización a un mejor precio.

Según Martínez González solicitaron un permiso al Consejo de la Administración del municipio y fueron a vender 90 cajas en los repartos Puerto Príncipe y La Belén, pero una semana después de tener el mango cosechado.

Cuenta Orestes Martínez Hernández, al frente de la cosecha en la UBPC, que desde que inició hasta ahora suman casi 50 toneladas perdidas entre las fincas y las naves en espera de que llegue Acopio. “Las frutas que van para la industria no pueden tener pintas prietas pero si se demoran entonces el mango lógicamente se mancha.

“Para el mes de mayo teníamos 20 toneladas y no le pudie-ron llegar a todas y ahora en ju-nio serán 150. Con el problema de transporte que presentan ellos no tienen capacidad para trasladarlo todo. Nosotros es-tamos en la mayor disposición de trabajar los turnos que hagan falta y hasta la hora que sea para que no se pierda”, aseguró Orestes.

¿Cuál será el destino de las frutas cultivadas monte adentro si esta debacle ocurre a poca distancia de la ciudad? ¿En una situación excepcional como la que viven no pueden los cooperativistas apoyar la venta y con un autorizo de la UBPC comercializar el producto?

“Esa no es la política”, respondió Elio a Adelante.cu. Como si la política que impulsan las máximas autoridades del país no fuera destrabar y buscar hasta la última alternativa para que la comida llegue al pueblo.

Esta base productiva posee una de las 32 minindustrias que en la provincia pertenecen al sistema de la Agricultura. La instalación con capacidad para procesar 200 quintales diarios duerme el sueño eterno —en plena cosecha— por la falta de envases.

EN LA INDUSTRIA

La Unidad Empresarial de Base (UEB) Conservas de Vege-tales en Camagüey no puede aunque quisiera asumir toda la producción del territorio de esta fruta tropical. Hay una limitación objetiva de capacidad industrial, agravada por la ca-rencia de envases y las roturas reiteradas de una fábrica como El Mambí, que trabaja con maquinaria de cinco décadas y gracias a la inventiva de los aniristas sigue en funcionamiento.

Rugni Díaz Duro, director de la UEB, explicó que aun con to-dos los problemas existentes, entre las plantas de Camalote y Camagüey lograron en mayo procesar 400 toneladas, superior a las 100 planifi cadas y para junio superan las 800, de 200 estimadas. Una de las cuestiones que pudiera ayudar a agilizar el descargue de los camiones sería el contar con parles sufi cientes para no detener el fl ujo de transporte del campo a la industria.

Y EN LA TARIMA...

Los problemas que persis-ten en la comercialización del mango son más grandes que la situación dada en la “1ro de Enero”, que constituye solo un botón de muestra.

“Nosotros tenemos limitaciones de transporte y por tanto poca capacidad de traslado. Con la rotura de ‘El Mambí’ se nos quedaron cargados algunos camiones y nos atrasamos con la recogida en las cooperativas, entre ellas la ‘1ro. de Enero’”, explicó Eliades Palenzuela Herrera, especialista comercial de Acopio en el municipio de Camagüey.

Eliades muestra cómo por el lento movimiento, en los al-macenes se les descomponen los mangos. “El producto que recepcionamos lo habíamos contratado y ratificado pero los destinos se nos han estrechado. La industria representa solo una parte. El consumo social (hospitales, casas de abuelos, hogares maternos, círculos infantiles...) está cogiendo muy poco y la venta a la población va sumamente lenta y se pudre el fruto en las unidades. No está en manos de nuestra UEB modifi car el precio”, puntualizó.

En recorrido realizado por pla-citas y mercados comprobamos la demora en la comercialización del mango de clase. “Las personas sí quieren comprar pero cuando lo pesan y les cuesta tanto entonces lo ponen de nuevo en la caja”, asegura Dianelis Remón Villasuso, dependienta experimentada del mercado La Arboleda.

“En mi opinión el precio no se relaciona con el costo de producción. Aquí mismo en la tarima se me echa a perder una cantidad tremenda. La oferta se mantiene estable, pero muy lenta la venta”.

Similar experiencia narra Ricardo Turín Rivero, vendedor en la placita El Maizal, ubicada en Jayamá. “El producto está carísimo; imagínese que de 1ra. calidad la libra cuesta 6.80 pesos; de 2da., 5.70 y fuera de norma a 5.10. Es mucho, por eso se pudre sin tener salida”.

Según informó a Adelante.cu Arelis Portal Marrero, directora de la Empresa Provincial de Acopio, su entidad propuso una modifi cación de precio al mango de clase de con-sumo, la cual establece un precio de compra de 2.40 pesos y de venta a 3.50. Hasta el viernes 11 de junio todavía la misma no había sido aprobada por el Consejo de Gobierno de la provincia.

No pueden los productos agro-pecuarios tener un precio estático todo el año, máxime cuando se trata de los descentralizados. El $6.80 que hoy sufrimos en el bolsillo y en la lentitud de la comercialización fue establecido por el Consejo de Gobierno en el territorio al iniciar el 2021. Dicha estructura debió evaluar el mismo y rectificarlo antes de llegar a la campaña de la fruta, cuando lógicamente los volúmenes crecen. Si de alimentos se trata hay que desterrar la morosidad en la toma de decisiones.