Cada segundo jueves de octubre, el mundo se une para conmemorar el Día Mundial de la Visión, una iniciativa que busca sensibilizar sobre la importancia de cuidar nuestra salud visual. En un contexto donde aproximadamente 180 millones de personas padecen alguna discapacidad visual y entre 40 y 45 millones son completamente ciegas, es fundamental que tomemos conciencia y actuemos en consecuencia. Este año, el mensaje es claro: la visión es un derecho humano que debemos proteger.
Desde su implementación en 1999, el programa VISIÓN 2020, promovido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Organismo Internacional de Prevención de la Ceguera (IAPB), ha sido un faro de esperanza para millones. Con el objetivo de erradicar la ceguera evitable antes del año 2020, este programa ha logrado que 40 países se unan en la lucha por mejorar la calidad de vida de quienes padecen discapacidad visual. Sin embargo, los desafíos persisten, especialmente en naciones en desarrollo donde la pobreza y la falta de acceso a servicios de salud son determinantes críticos.
Las estadísticas son reveladoras: más de 9 millones de personas ciegas viven en India, 7 millones en África y 6 millones en China. Lo alarmante es que gran parte de estas cifras corresponden a mujeres y niños, quienes enfrentan mayores riesgos debido a factores socioeconómicos y culturales. La desigualdad de género se convierte así en un factor determinante en la salud visual, evidenciando que las mujeres son desproporcionadamente afectadas por problemas de visión. Además, la falta de atención adecuada durante la infancia ha llevado a un aumento preocupante en el número de niños que quedan ciegos por condiciones prevenibles.
La celebración de este día no solo se trata de reconocer estos problemas, sino también de fomentar acciones colectivas e individuales. Cada uno de nosotros puede contribuir a esta causa a través de simples actos como someterse a chequeos regulares, educar a otros sobre la importancia de la salud ocular y abogar por políticas públicas que garanticen acceso a tratamientos y cuidados preventivos. La prevención es clave; muchas afecciones visuales son curables si se detectan a tiempo.
Es esencial que las comunidades se unan en esta causa. Las organizaciones locales pueden jugar un papel vital al promover campañas de concienciación y ofrecer servicios básicos de salud visual. La colaboración entre gobiernos, ONGs y ciudadanos puede marcar una diferencia significativa en la vida de aquellos que enfrentan problemas de visión. La educación sobre el cuidado ocular desde una edad temprana puede ser el primer paso para garantizar que las futuras generaciones tengan acceso a una visión saludable.
El Día Mundial de la Visión es una oportunidad para reflexionar sobre nuestra responsabilidad compartida en la protección de la salud visual. No podemos permitir que la ceguera evitable siga siendo una realidad para millones. Juntos, podemos construir un futuro donde cada persona tenga el derecho a ver y disfrutar del mundo que nos rodea.