Hay Candita para rato

Por Manuel Villabella/Televisión Camagüey

Candita Batista recibió como reconocimiento especial el galardón Memoria Viva. La  musicóloga, Verónica Elvira Fernández Díaz, tuvo a su cargo la fundamentación de la aplaudida cancionera y actriz. Verónica expresó que entregaba el galardón “Por la proyección artística, durante más de 70 años de trabajo sostenido como cantante de diversos géneros de la oralidad tradicional, como los pregones y elementos de la música de ascendencia africana”.

Candita, con 98 años de edad, se encuentra todavía en la plenitud de sus facultades vocales, y a pesar de sus impedimentos físicos se presenta en La Casa de la Trova, acompañada por su grupo musical  Los Mokereres, que la secundan desde el año 2002. El público la recibió con aplausos y ella les regaló la pimientosa guaracha, “Pablito un clavito”, que fue coreado por los presentes.

Servando Vázquez el consagrado cancionero camagüeyano, hermanado con Candita por el arte y una profunda amistad, hizo un sintético bosquejo de la personalidad de Candita y de sus éxitos en nuestro país y en el extranjero.

En el acto se proyectó fragmentos del documental en proceso, Hay Candita para rato, de los realizadores Verónica Fernández y José Castillo Ramírez.

Candita nació en el antiguo Central Senado, comenzó su carrera artística en nuestra ciudad con presentaciones en la Sociedad Victoria, bajo la dirección del maestro Generoso Gutiérrez, fue la primera mujer que canto como solista de una orquesta en Camagüey. Tuvo que enfrentarse a las incomprensiones familiares y la discriminación racial imperante.

Después de presentarse en La Habana, en el fabuloso espectáculo “Batamú”, que dirigió el maestro Obdulio Morales, comenzó un extenso recorrido mundial. Cantó en Francia; en París fue figura central de un espectáculo que se mantuvo en escena por tres meses, luego triunfó en Dinamarca, Bélgica, Alemania y en otros países europeos.

En España, donde se mantuvo cantando por muchos años, se popularizó por la versión dramatizada que interpretó de la célebre Angelitos negros (Andrés Eloy Blanco, música Macists).

Regresó a Cuba al triunfo de la Revolución, integrando el grupo Jorge Anckermann, con sede en el teatro Martí. Grabó un LP de pregones cubanos, que resultó un éxito en los años sesenta. En 1970 regresa a su Camagüey e inicia presentaciones junto al trovador Filo Torres (fallecido), en el acogedor Rincón de Candita y Filo, ubicado en la cochera de su casa, en la calle Cristo. “El Rincón” fue visitado por artistas cubanos y extranjeros que llegaban a Camagüey.

En el homenaje que le ofreció el Centro de Estudios Nicolás Guillén, para hacerle entrega del premio, Candita, conocida en España como “La Vedette Negra de Cuba”, con una amplia sonrisa expresó su agradecimiento, y concluyó diciendo: “Hay Candita para rato”.