Biden y Cuba: ¿Un nuevo camino?

Finalmente llegó el día en que Donald Trump no le quedó otra que irse de la |#CasaBlanca. No se resigna. En su lugar en los últimos discursos ha optado por hablar del movimiento que él fundó, y en el discurso de despedida dijo que era solo el comienzo para el movimiento que él había fundado.

Así que habrá Trump todavía para rato. Con razón el senado se apura en hacerle el juicio político, no será por gusto, intentan asegurarse de que no vuelva a nominarse, y tratar de hacerlo pagar por incitar la violencia del 6 de enero.

Y en las mismas escaleras subidas en turba por los invasores aquel día, hoy juró proteger la constitución el nuevo presidente, en el ritual que cada cuatro años se celebra los 20 de enero. Un ritual que enorgullece a los defensores a ultranza de ese sistema político, del cual elogian una y otra vez el cambio de poder pacífico. Algo que esa democracia, en franca crisis, no pudo asegurar esta vez.

Y escuchamos a Joe Biden pidiendo unidad, allí, donde no estuvo el presidente que debería entregarle el cargo, pacíficamente. En su discurso inaugural Biden hizo lo esperable. Llamar a la disidencia pacífica, a no enfrentarse a muerte por diferencias de raza, o visiones políticas. Dijo Biden con triunfalismo: la #Democracia ha ganado, allí, donde 70 millones de personas piensan que el nuevo presidente le robó las elecciones al anterior.

El momento quizás más simbólico, histórico de esta inauguración fue ver a la primera mujer de la historia ser juramentada como vicepresidenta de #EstadosUnidos. Kamala Harris además es la primera mujer de color con semejante cargo. Juramentada por la única jueza de la corte suprema de origen latino, esa corte suprema donde Trump logró poner a tres jueces incluida una mujer que está en contra del aborto, y un hombre acusado de violar a otra mujer que lo delató en televisión nacional.

Si bien el vicepresidente rara vez llama tanto la atención, ahora Harris es centro de atención por muchas razones. Hija de una mujer india y un hombre jamaicano, jurista, locuaz, conocedora de leyes y trampas políticas, ahora es el horcón de Biden que tendrá en ella la energía y la juventud que podrían faltarle a él, un hombre de 78 años que muchos especulan no buscará un segundo mandato. Harris además será el voto que desempate en el Senado, que tiene tras estas elecciones 50 demócratas y 50 republicanos.

Es un logro indiscutible que una mujer no blanca llegue a ese alto cargo, sobretodo allí, ese país, donde el racismo campa a sus anchas, y las mujeres ganan muchísimo dinero menos que los hombres por el mismo trabajo.

Ese país donde hace cuatro años eligieron a un hombre blanco, rico, misógino y racista, por encima de una mujer con larga trayectoria política.