Los encuentros de la agramontina Rosa Úrsula González Pulido con el Comandante en Jefe Fidel Castro, hace que esta abogada no olvide en todas sus dimensiones la grandeza del líder histórico. No olvida los momentos en que el comandante en jefe se reunía con todos los cuadros de los Comité de Defensa de la Revolución, CDR, a confiarles anécdotas, políticas del país y orientaciones precisas de la unidad que debía primar en la organización de masas.
Era una adolescente cuando el líder cubano fundó los CDR, pero de inmediato se incorporó a sus tareas. Cuando tenían ocho años de constituidos, integró el Secretariado provincial de la organización, luego fue vice coordinadora y en 1975 resultó electa la primera mujer coordinadora de una provincia en todo el país.
“Mi responsabilidad me permitió asistir a reuniones y recorridos donde estaba Fidel, pero hubo tres momentos que aún son emocionantes para mí: La primera vez, el Comandante me colocaría la medalla de 20 años como cuadro de dirección. Me dijo:… Te han puesto entre dos gordos, refiriéndose a mis compañeros Domingo Toledo, dirigente de los CDR en Pinar del Río y Silvano García, dirigente de los CDR en Matanzas. Yo le dije: Fidel, ellos me cuidan…
“En la segunda ocasión me habían encomendado, sin previo aviso, entregarle un cuadro de Ignacio Agramonte en nombre de los cederistas de Camagüey. Fue en la Asamblea de Balance de los CDR del año 1973. Yo, con mucha satisfacción, subí a la presidencia y le entregué el cuadro, le dije: Fidel, los camagüeyanos lo esperamos para el centenario de El Mayor…
“Me emocioné tanto ese día que perdí la voz y no pude terminar mi mensaje, y él con mucha ternura limpió mis lágrimas.
“La tercera vez fue mucho después, cuando ya era abogada y fui a un Congreso de la Unión de Juristas. Para mi asombro, cuando Fidel me vio me reconoció y me dijo: Yo te conozco…”
Surgidos al calor del proceso revolucionario, en medio de la confrontación con el enemigo interno financiado desde Estados Unidos, los Comités de Defensa de la Revolución fueron fundados por Fidel el 28 de septiembre de 1960.
