La Habana.- Con esta contundente frase puede resumirse la trascendental decisión del sistema de salud cubano: inmunizar a 68,524 niñas de nueve años contra el Virus del Papiloma Humano (VPH). Esta campaña, que se extenderá a todo el país, es un paso histórico en la prevención de una enfermedad que constituye la quinta causa de muerte por cáncer en mujeres cubanas, y la segunda en el grupo de 15 a 44 años.
La farmacéutica cubana Dagmar García, Vicedirectora de Investigación y Desarrollo del Instituto Finlay de Vacunas, ha enumerado las bondades de esta venidera campaña. Explica que «la vacuna contra el VPH es una especie de «entrenamiento» para tu sistema inmune», cuya función es enseñarle al cuerpo a «reconocer y combatir a los tipos más peligrosos del virus antes de que te expongas a ellos».
Un enemigo silencioso, una solución efectiva
El VPH constituye un grupo de más de 200 virus que se transmiten mediante relaciones sexuales. Es común que casi todas las personas sexualmente activas se contagien con algún tipo de VPH en su vida.
Cuando la infección con algunos de estos virus persiste por muchos años, puede generar cambios lentos en las células del cuello del útero que, con el tiempo, pueden convertirse en cáncer.
A nivel global, se estima que los tipos 16 y 18 del VPH son responsables de aproximadamente el 70% de todos los casos de cáncer de cuello uterino.
Frente a esta amenaza, Cuba ha optado por la vacuna CECOLIN bivalente, producida por la empresa china Innovax, que protege específicamente contra los serotipos 16 y 18 del virus. Al proteger contra estos dos tipos de alto riesgo, se ataca la causa principal de esta enfermedad.
La vacuna, que cuenta con el aval de precalificación de la Organización Mundial de la Salud, ha demostrado en estudios un perfil de seguridad favorable y una protección que se mantiene efectiva por más de una década. Los efectos secundarios más comunes reportados a nivel internacional son leves y temporales, como dolor en el brazo o fiebre baja.
La campaña de vacunación, que iniciará el 27 de octubre y se extenderá hasta el 27 de diciembre, se llevará a cabo mediante la coordinación entre los Ministerios de Salud Pública y Educación. Por ejemplo, solamente en la provincia de Cienfuegos, se espera inmunizar a más de 1,800 niñas de nueve años.
El esquema será de una dosis de 0,5 mililitros por vía intramuscular para la mayoría de las niñas, mientras que aquellas con diagnóstico de alguna enfermedad inmunodeficiente recibirán dos dosis. La campaña también incluirá a niñas de nueve años que estudian en escuelas de enseñanza especial, aunque no estén matriculadas en cuarto grado, demostrando un compromiso con la equidad en la salud.
El objetivo de cobertura planteado por el Programa Nacional de Inmunización es igual o mayor al 95%, con la meta a largo plazo de lograr la eliminación del cáncer cervicouterino relacionado con el VPH, definida como menos de cuatro casos en 100.000 mujeres por año.
La vacuna contra el VPH formará parte del esquema de vacunación infantil, el cual administra anualmente un promedio de cuatro millones 800 mil dosis de 13 tipos diferentes de vacunas para la prevención de 13 enfermedades. De estos inmunobiológicos, ocho son de producción nacional y el resto importados.
Con el Programa Nacional de Inmunización se han eliminado seis enfermedades en Cuba
Este programa, con seis décadas de trabajo, tiene un historial notable: ha logrado la eliminación de seis enfermedades (poliomielitis, difteria, sarampión, tosferina, rubéola y parotiditis); dos formas clínicas severas en menores de un año (tétanos neonatal y meningitis tuberculosa); y dos complicaciones clínicas graves (síndrome de rubéola congénita y meningitis posparotiditis).
Hacia la eliminación del cáncer cervicouterino
La vacunación contra el VPH es uno de los tres pilares esenciales de la iniciativa global para la eliminación del cáncer cervicouterino, junto con la detección a tiempo y el acceso al tratamiento. La estrategia mundial para 2030 aspira a vacunar al 90% de las niñas, detectar tempranamente las lesiones en el 70% de las mujeres y aplicar tratamiento al 90% de las pacientes.
En países como la República Dominicana, esta estrategia ya se ha expandido para incluir también a los niños en la vacunación, una medida que acelera las metas de eliminación.
Mirada al futuro
La introducción de esta vacuna en el esquema nacional de inmunización es, en palabras de Dagmar García, «una decisión que se adelanta 15-20 años al problema» del cáncer cervicouterino. Es una inversión en el futuro saludable de nuestras niñas, una apuesta por la vida y la ciencia.
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Aunque Cuba llega a esta medida casi dos décadas después de que la primera vacuna fuera aprobada a nivel mundial en 2006, su implementación en el contexto actual demuestra que, incluso ante limitaciones económicas, proteger la vida de las futuras generaciones sigue siendo una prioridad.
Construyendo un futuro más saludable
La vacunación contra el VPH en Cuba trasciende el acto médico individual para convertirse en un proyecto de país. Es la materialización del principio de que la salud es un derecho humano fundamental y la demostración de que la ciencia, cuando se pone al servicio del pueblo, puede cambiar destinos.
Hoy vacunamos a nuestras niñas contra el VPH, pero en realidad estamos construyendo un futuro donde el cáncer de cuello uterino sea una amenaza del pasado. Estamos edificando, dosis a dosis, una Cuba más sana y más justa.
Por: Daniel Guerra / Razones de Cuba