¿Por qué la elevada transmisión del coronavirus en Santa Cruz del Sur?

Con una tasa superior a 3 000 contagiados por cada 100 000 habitantes, la vida sigue igual en este municipio. Los camiones pasan llenos de pasajeros y a juzgar por la movilidad tal pareciera que no atraviesan esa complicada situación epidemiológica. Por si fuera poco, los positivos violan lo establecido y salen a las calles. ¿Y qué decir de los contactos? Con tan elevados niveles de trasmisión, resulta muy difícil encontrar a alguien que no lo sea. Sin embargo, esa compleja realidad parecen no entenderla los pobladores.

Ellos, en cambio, se quejan de ingresos domiciliarios a los que nadie dio seguimiento ni indicó tratamiento, y muestran preocupación acerca de la indicación de nasalferón a unos y a otros no, evidencia de que no se explican adecuadamente los protocolos de cada momento.

Y aunque ello no justifica el desorden ciudadano, no les falta razón en esas y otras insatisfacciones.

Las personas tienen que pasar más tiempo del que debieran en la Casa de Abuelos, lugar donde se concentra la única consulta de infecciones respiratorias agudas (IRAs) en la cabecera municipal y por supuesto se aglomeran positivos, sospechosos y sanos, esperando ser atendidos.

El personal médico, entre contagios y acogidos a resoluciones no resulta suficiente para garantizar un verdadero ingreso en el hogar. Los galenos enviados por la provincia tampoco son los necesarios y laboran fundamentalmente en la Zona Roja del hospital general docente José Espiridón Santiesteban Báez, que hoy solo atiende a pacientes de COVID-19, con una disponibilidad de alrededor de 70 camas.

¿CÓMO SE LLEGÓ AQUÍ?

El doctor Rolando Camejo Remón, director municipal de Salud Pública, explicó a Adelante Digital que tras mantener una de las tasas más bajas de la provincia, inició una trasmisión que ha sido imposible controlar.

“Se trata de un municipio muy complejo, con cuatro áreas de Salud y más de 60 asentamientos poblacionales. Hoy hay contagios en las cuatro y las que peores números muestran son la cabecera municipal y La Jagua, que coinciden con las más pobladas, lo cual empeora la situación. Evidentemente no se cumplieron los protocolos de contención y además había indisciplinas en cuanto al uso de los medios de protección.

“Los altos niveles de contagios propiciaron la infección del personal de Salud, lo que ha dificultado el enfrentamiento de la enfermedad”.

Las consultas de IRAs están abarrotadas, las personas se amontonan, no cuidan la distancia y el tiempo de espera puede ser largo por la carencia de personal, lo que eleva peligrosamente el riesgo de contagio.

“Tratamos de que no falte el medio diagnóstico y el nasalferón, que en ocasiones ha tenido irregularidad”, precisó Camejo Remón.

Como estrategia, comenta, los casos que se encuentran en el hogar, se ingresan, según disponibilidad, en centros de aislamiento y en el hospital, de esa manera salen de la comunidad y hay menor posibilidad de transmisión. El comportamiento de la pandemia indica que mientras haya la movilidad que se ve por estos días y no exista percepción de riesgo no se bajarán los niveles de infección.

“El pico que atraviesa hoy  Santa Cruz del Sur está por encima de las posibilidades reales del territorio”, sentenció.

¿QUÉ SE ESTÁ HACIENDO?

En una carrera contra el tiempo y los contagios marcha la vacunación, apoyada el sábado anterior por un contingente de 48 enfermeros y estomatólogos para recuperar los atrasos en la administración de la vacuna Abdala en la población mayor de 19 años, la Soberana en poblaciones pediátricas y la Biomodulina T a los mayores de 65.

Atendiendo al déficit de personal de Enfermería y el objetivo de lograr que sean más los que reciban el fármaco y menos los enfermos que no puedan hacerlo o los que queden con el esquema incompleto a causa del virus, los colaboradores se sumaron de inmediato a los vacunatorios para agilizar el proceso.

Celia Alfonso Masa, del Hospital Materno, estuvo en el Círculo Infantil, donde se vacunaron 50 niños. “Fue muy efectiva la visita, en muy poco tiempo logramos avanzar y evitar que las personas estuvieran esperando más del tiempo necesario con riesgo de contagiarse. Cumplimos todas las medidas y protocolos previstos para no enfermarnos y continuar nuestra labor”.

Para Yosnier Álvarez Leal, del “Amalia Simoni”, también se logró el objetivo: que la población acudiera masivamente a recibir las dosis del inmunógeno. “Nos vamos muy satisfechos porque apoyamos a un territorio al que le urge aumentar las tasas de vacunación para frenar el avance de la epidemia”, añadió.

El Hospital General Docente está completamente destinado a pacientes positivos a COVID-19, incluyendo la terapia. El doctor Bárbaro Moreno Arias, ortopédico al frente de la institución, explicó que se trabaja en estrecha relación con la Atención Primaria.

“Existe una mesa coordinadora encargada de decidir para donde va cada paciente, de acuerdo con su estado y previamente atendido en la consulta de IRAs. Los casos con síntomas graves o los que el protocolo determine se ingresan en las salas del hospital, el resto va para centros de atención a pacientes con COVID-19. En el cuerpo de guardia se tratan las enfermedades respiratorias con kit negativo, las cardiovasculares, de ortopedia y cirugía.

“Por la mañana pasamos visita y damos las altas, luego a través de la mesa coordinadora ingresan nuevos pacientes. Contamos con todos los recursos necesarios para atender a los positivos, el que amerite traslado se coordina en Camagüey y se manda. No atendemos aquí niños, embarazadas ni puérperas; se envían a los hospitales destinados a esos grupos de riesgo”.

¿Qué queda? Se preguntarán algunos. Pues bien, si se quiere controlar la epidemia hace falta disciplina, que el pueblo respete las medidas y también mayor organización y exigencia dentro del sistema de Salud. El virus no se traslada solo, lo mueven las personas, mientras eso no se interiorice, en Santa Cruz del Sur los positivos al SARS-CoV-2 seguirán en la calle.

(Fotos: Alejandro Rodríguez Leiva/ Adelante)

Ante esta situación las demás especialidades fueron desplazadas hacia la escuela primaria José Martí.

Muchas son las dificultades que pudieran enumerarse de un Santa Cruz del Sur convertido hoy completamente en una Zona Roja, pero la que más preocupó a nuestro equipo fue la falta de percepción de riesgo de una población que parece no comprender el peligro al que se expone y tiene, junto a otros factores, su cuota de responsabilidad en los números que por estos días muestra el municipio.