Con las manos en el surco

Las principales tareas en los campos de cultivos varios y la cosecha cañera en la provincia de Camaguey reciben este fin de semana manos  adicionales en respuesta a la convocatoria de trabajo voluntario en ocasión del aniversario 57 de la Unión de Jóvenes Comunistas.

La presencia de miles de hombres y mujeres de todas las edades –alejados de sus oficios y profesiones– en quehaceres tan importantes como la producción de alimentos, está motivada por las acciones del movimiento obrero previas a la celebración del Día Internacional de los Trabajadores y el vigésimo Congreso de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), una de las organizaciones de masas mas importante en la sociedad civil cubana.

La secretaria general del comité provincial de la CTC, Tania Díaz Bermúdez explicó a la prensa que el esfuerzo principal está dirigido los cultivos de viandas y hortalizas en más de sesenta polos productivos, existentes en los 13 municipios camagüeyanos.

En la ciudad de los tinajones varios serán los lugares y centros de trabajo que realizarán encuentros de este tipo, pero las actividades centrales sucederán en la Unidad Empresarial de Base (UEB) Organopónico Tínima, el mayor instalación de este tipo para la producción de hortalizas en Cuba.

El periodico Trabajadores destacó que el Secretariado nacional de la CTC encabezado por su secretario general Ulises Guilarte De Nacimiento realiza labores en un escenario de gran simbolismo:  la provincia de Artemisa,  que aportó un gran número de combatientes a la gesta del Moncada, y  en una UBPC cañera de altos y sostenidos resultados productivos en el sector azucarero, que lleva el nombre de Rigoberto Corcho, uno de aquellos jóvenes artemiseños  caídos el 26 de julio de 1953.

Desde allí Guilarte De Nacimiento dará a conocer la convocatoria al Primero de Mayo, Día Internacional de los Trabajadores.

Hace cincuenta años, el comandante Ernesto “Che” Guevara concibió la idea de realizar con trabajo voluntario el apoyo a importantes obras de la Revolución, a partir de la construcción de una ciudad escolar en el Caney de Las Mercedes para niños de la Sierra Maestra. El precursor de las jornadas laborales sin remuneración en Cuba las definió como “factor que desarrolla la conciencia de los trabajadores más que ningún otro y más todavía cuando esos trabajadores ejercen su trabajo en lugares que no les son habituales”.