Una y otra vez el papa Francisco clama por la tolerancia, la solidaridad, la preservación del mundo como un gigantesco eco-sistema, y llama la atención sobre aquellos que son víctimas de la exclusión social y económica.
Aboga el sumo pontífice por el respeto de los derechos de los pobres, los débiles, y afirma ¨hay que asegurar el imperio inconquistado del derecho…¨
Ante religiosos en la llamada ¨Zona Cero¨ exhortó a toda la humanidad a desterrar el odio, asumir la reconciliación…
Más claro imposible: un mensaje perentorio en contra de la guerra y del abuso.
Incontestable coincidencia con el discurso de Fidel, el 26 de septiembre de 1960, ante la ONU, cuando señaló el joven líder guerrillero devenido jefe de Estado: ¨Desaparezca la filosofía del despojo, y habrá desaparecido la filosofía de la guerra… desaparezca la explotación de los países por los monopolios y entonces la humanidad habrá alcanzado una verdadera etapa de progreso¨
Más recientemente, Raúl Castro lanzó un llamado a los países de la América Latina y el Caribe, para convertir esa región en una ¨zona de paz¨, y síntoma inequívoco de cuán profundo ha calado esa exhortación es el acuerdo firmado por el gobierno y la guerrilla colombiana, para en un plazo no mayor de seis meses lograr la paz definitiva, irreversible y asentada en la justicia.
Hace solo unas horas, ante la ONU y en ocasión de analizarse los objetivos de la Agenda ¨Post 2015¨, el presidente cubano se refirió a los millones de millones que se emplean en gastos militares, a las oleadas de inmigrantes que llegan a Europa para escapar de la miseria y los conflictos armados, y a la brecha abismal que cada día se ensancha entre pobres y ricos.
Podrá usted ser comunista o simplemente de izquierda, podrá ser Demócrata o Republicano, católico, musulmán, budista o ateo, pero el mensaje de Fidel, Francisco y Raúl está claro y sirve para todos quienes habitamos el planeta: es hora de un examen de conciencia, y allá en lo más hondo de cada cual, pensar en los más pobres, los sufridos y despojados de derechos, para entonces actuar en consecuencia, y con justicia.