Rescatar la música popular camagüeyana

Por Manuel Villabella
El maestro Reynaldo Echemendía, director del Ballet Folklórico de Camagüey, ha convocado a notables músicos reconocidos por su trayectoria a rescatar la historia que cada día se pierde más, sobre cancioneros, músicos y orquestas, que nos dejaron su impronta en décadas pasadas.

En ese sentido, fueron muy importantes los aportes de los maestros, Fernando Cabrera, Humberto Zaldívar, Orlando Beltrán y el popular bolerista “filinista” Simón Roberto.

Fernando Cabrera, de prolongada ejecutoría musical entre nosotros, fue director en una fructífera etapa de la orquesta Maravilla de Florida, sustituyendo al maestro Pedrito Depestre que se ausentaba de la ciudad, a la que se refirió.

Humberto Zaldívar, aportó datos sobre la interesante historia de la orquesta Tridimensional, de la que fue uno de sus fundadores, preferida desde que comenzó sus presentaciones por la juventud camagüeyana.

Orlando Beltrán, un danzonero destacado, que transita por la setentera de su vida, es capaz de narrar la historia de las principales orquestas y charangas fundadas en nuestra ciudad.

Por su parte, Simón Roberto, que sigue colmando el patio de la UNEAC con sus noches bolerísticas, su voz de falsete y su estilo muy personal “de vivir” el bolero, enumero un buen número de solistas, algunos fallecidos, otros incluso retirados y algunos ofreciendo su arte en La Habana. Entre ellos recordó a Gladys Escobedo, Gladys Valdivieso, Marta de Santelices, Eloín Barrios, Manolo Martínez y muchos otros.

Reynaldo Echemendía, instó a realizar todo una labor investigativa sobre la música popular en Camagüey. Música popular que se hizo presente en los Cabildos africanos, en las comparsas del San Juan, en los cabarets de la ciudad. Compositores nuestros como Jorge González Allué, Joaquín Mendivel, directores y aglutinadores de músicos en sus orquestas que no han sido profundamente estudiados, ni valorados.

 

La convocatoria de Echemendía se encuentra abierta, solo hacen falta oídos receptivos y sobre todo el concurso de los investigadores del Centro de Estudio Nicolás Guillén, que estamos seguros prestarán su concurso a tan loable y necesaria iniciativa, para que podamos exhibir al transcurrir algunos años,  un copioso libro sobre Camagüey y su música,  que consultarán futuras generaciones.