La televisión debe ser entretenida sin renunciar a su papel como formadora de valores

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Con aciertos ha transitado el realizador Roly Peña por la televisión nacional. De un tiempo acá sus registros contemplan una serie de trabajos que pueden considerarse los más completos de  cuantos haya participado: el acercamiento desde la pantalla chica a importantes sucesos de la Historia de Cuba.

Primero Dos Ríos: el enigma, documental estrenado a propósito del aniversario 116 de la caída en combate de José Martí, y luego Duaba, la Odisea del Honor, un docudrama que de manera didáctica y entretenida narra el regreso de los generales Flor Crombet, Antonio y José Maceo a la patria para incorporarse a la Guerra necesaria.

Precisamente la parte de entretener fue una de las más difíciles de concebir en una obra que no tenía cabida a imprecisiones de ningún tipo, todo se hizo, cuenta Peña a Granma, con el mayor apego a los hechos históricamente probados, por lo que el uso de la ficción debía ser sabiamente pensado.

El trabajo con los documentales históricos llena la agenda de este actor y director, que para el próximo año prepara tres ambiciosos proyectos con el apoyo de la Academia de Historia de Cuba.

“Se dan los pasos para la creación de una Cátedra de Documentales Históricos, que debe ser la instancia que dirija las nuevas series que se comenzarán a realizar en el 2015. Tenemos pensado abordar las historias de La muerte de Antonio Maceo, Los Estudiantes de Medicina y La Mejorana”.

“Estos proyectos ya están en la fase de preparación del guion, pero vale decir que es una tarea  difícil. Tengo mucha fe en esto porque si trabajamos la historia nacional, con las verdades probadas como base fundamental, podemos aportar mucho a entender quiénes somos. Creo que la historia es el ADN de los pueblos y tratarla no solo es interesante sino necesario”.

En todo esto, comenta, es muy importante el papel que desempeñará la Cátedra, que es un proyecto conjunto del ICRT con la Academia de Historia de Cuba y RTV Comercial. “Seguiremos el mismo principio de Duaba…, que en realidad comenzó con Dos Ríos… Los personajes históricos a veces se desnaturalizan, no lo vemos como seres humanos, para estas producciones los asu­mí con sus virtudes y defectos, insisto, siempre a partir de los hechos probados históricamente”.

La historia de Cuba está llena de pasajes gloriosos, pero también de intolerancia, contradicciones e incomprensiones, muchas de ellas a causa de la época en que se suceden los acontecimientos; pero nuestros héroes son verdaderos y la historia por muy lejana que esté en el tiempo también es inmediata”.

—¿Por qué contar como lo hiciste en Duaba…?

—Primero porque en la actualidad no podemos entender la televisión sin verla como un medio destinado a las masas, y más la nuestra que es única, trabaja para todos los públicos. Se­gundo porque uno tiene que saber que otras manifestaciones pueden ayudar a contar, sobre todo en estos tiempos donde narrar de forma entretenida es primordial.

Si no se comunica de forma entretenida el público apaga el televisor o pone el DVD, por lo que la televisión  tiene que buscar nuevas fórmulas para saber entretener, búsqueda en la que no se puede renunciar a realizar productos de calidad, con alto valor cultural y que  puedan ser formadores de un público culto.

“Esa es la fórmula que utilicé por ejemplo para Duaba…, me apoyé en una parte muy interesante de la historia nacional y la “vestí” de manera que fuera entretenida. Hay que ingeniárselas no solo para entretener a partir del conflicto que se plantea, sino desde el lenguaje. Tener a un narrador conduciendo los sucesos entre los expedicionarios fue como poner al televidente dentro de la historia, tener a los historiadores fue como autentificar los que se contó y la ficción me permitió humanizar a los héroes.

Fue un estudio muy serio y acucioso realizado por todo el equipo de trabajo y los especialistas que nos apoyaron. Lo más difícil fue definir cómo comunicar, conociendo las particularidades del medio y el público al que estaba dirigida la serie. Tenía que ser de forma amena, pero no tenerle miedo a enfrentar este reto fue lo que nos ayudó a que gozara de tanta aceptación.

—¿En qué otros proyectos trabajas?

—Recientemente dirigí el unipersonal Strike del reconocido actor Omar Franco que gustó mucho al público. Tener la posibilidad de dirigir a actores como Omar es una manera de saldar deudas como director, es un actor excepcional, sabe escuchar y se prepara permanentemente, de ahí sus grandes resultados sobre los escenarios, ya sea en el teatro, el humor o el cine.

Y lo otro que ocupa mi tiempo es el policíaco UNO, Unidad Nacional Operativa, ya en fase de posproducción. Precisamente Omar Franco es uno de los actores de esta serie, donde encarna el personaje de un mayor del Ministerio del Interior.(Tomado de Granma)