Jesús Menéndez, el inolvidable líder azucarero

Hablar de Jesús Menéndez Larrondo es evocar no solo al líder azucarero valiente para la lucha, es enaltecer a un hombre con corazón de comunista nacido  el 14 de diciembre de 1911 en el seno  de una familia numerosa con esencias mambisas, tal vez razón que le permitiría reconocer  tempranamente las injusticias del sistema imperante en Cuba.
Negro, pobre y huérfano de madre desde los 11 años, Jesús Menéndez tuvo que asumir labores de machetero, chapeador  y  obrero industrial, y es aquí donde comienza a distinguirse del resto de los trabajadores. En 1939 integra las filas del Partido Comunista y el Comité Ejecutivo de la Federación Nacional Obrera azucarera donde más tarde asumiría el liderazgo; hitos marcó desde entonces.

Dígase el primer convenio colectivo de trabajo,  la creación de la caja de retiro azucarero, el decreto-ley sobre la higienización de bateyes, la participación obrera en negociaciones de zafra y el pago del diferencial azucarero. Una lucha que transcendió el ámbito  azucarero, la extendió hacia el gremio de los tabacaleros,  igualmente explotados.
Este hombre de acción se permeó con el pensamiento de Marx, Engels y Lenin; sus ideas las  proyectó en la búsqueda de la unidad de la clase obrera, de su superación cultural e ideológica. Una osadía que provocó amenazas de muerte incapaces de frenar su empeño de sumar cada vez más trabajadores en la lucha por las reivindicaciones de clase. Ganaba prestigio y aun la prensa burguesa de entonces, tan renuente a publicar los méritos de los dirigentes obreros, lo denominó en diciembre de 1946 “Hombre del año”. Pero era demasiada osadía la de aquel hombre negro y pobre: el 22 de enero de 1948 es asesinado a traición, unas horas antes había pronunciado lo que sería su último discurso en el central “Estrada Palma, hoy Bartolomé Masó.
Jesús Menéndez Larrondo, nombrado “General de las Cañas” por Nicolás Guillén, poeta Nacional de Cuba, fue el hijo de esta Isla que más hizo en la Neocolonia por los explotados trabajadores azucareros. Un sector que mantiene vivo su  legado.