PENSAR EN TI

Cómo no pensar en ti, siempre, desde que la curiosidad infantil nos dejó atrapados en las redes de aquella mariposa que dice haber visto los zapaticos de Pilar muy bien guardados, o en la sencillez del verso que no admite amo y reclama flores y bandera para la eternidad.

Como no pensar en ti, siempre, si existe un Fidel que inmortalizó tus sueños en su acción redentora de cada día.
Cómo no pensar en ti, siempre, si eres alma hecha vida en la sonrisa del pionero, en la alegría del joven, en la satisfacción del obrero.
Cómo no pensar en ti, siempre, si estás en la palma real y el Turquino, en la sierra y en el llano, en la lluvia y en el viento, en el mar y en la tierra, en el sol y en la luna…
Eres mito y realidad.
Eres hermano, amigo y compañero; eres escudo invencible de ideas y combates; eres amor, esperanza y libertad.
Cómo no pensar en ti, siempre, si eres Apóstol y Héroe, el Martí de nuestra América y, por qué no, del Universo.