Un 12 de abril, pero de 1959 –hace sesenta años—el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz resumió, en los predios del parque Finlay en una multitudinaria concentración, el Congreso Provincial Campesino en los albores de lo que posteriormente sería la nueva ley de Reforma Agraria.
La generación más joven de la época –hoy hombres y mujeres septuagenarios—recuerdan los aportes voluntarios en dinero que hizo el pueblo para contribuir al desarrollo agrícola del país y comprar tractores y facilitar créditos a los campesinos.
Fidel recordó en aquella ocasión que de los fondos de la reforma agraria se entregaban un millón 500 mil pesos, la primera inversión grande a favor de la transformación agropecuaria de la nación.
La idea esbozada por el Líder Histórico fijaba que solo en Camagüey se pensaba invertir entre diez y quince millones de pesos en tractores y semillas, entre otros recursos.
En el discurso fijó: “…no quedará en Camagüey un solo campesino que no reciba los beneficios de la reforma agraria aquí ni una sola familia campesina que no reciba sus extraordinarios beneficios…”.
En la mañana del 12 de abril, a poco más de tres meses del triunfo de la Revolución, quedó constituida la cooperativa arrocera Ignacio Agramonte, en la finca-latifundio que fuera del exsenador Guillermo Aguilera, con un amplio conglomerado de familias campesinas.
Esa visión futurista de Fidel se concreta actualmente en los planes arroceros de la Empresa de Semillas y Granos Ruta Invasora que abarca amplias zonas del sur de Vertientes y de Florida, un emporio con molinos y otras instalaciones para el beneficio de ese producto que no puede faltar en el plano de la familia cubana.