Una partida sin adiós definitivo (+GALERIA Y VIDEO)

(Fotos Carmen L. Hernández y Leandro Pérez)

Siempre la muerte de Fidel me parecía lejana, incluso en las últimas horas creo que me resultaba difícil comprender los últimos acontecimientos.

Hoy amaneció Camagüey con aires de despedida para el Comandante. Hoy nos disponemos a sellar nuestro homenaje en miles de firmas y me embarga un dolor profundo, de esos que por varios días no dejan brotar las lágrimas.

El Comandante se ha ido físicamente y asumirlo duele. Comprometernos a mantener su obra ya perfeccionarla es nuestro mejor homenaje a quien dedicó toda una vida a favor de los pobres, los olvidados, los más débiles y vulnerables.

Mis hijos no le conocerán en vida. Yo que tuve el privilegio de nacer en Revolución escuchando sus discursos; pero no dejaré de trasmitirles mis experiencias, los años que he vivido admirando a quien se olvidó de posiciones y títulos para defender a los excluidos, a quien dio dignidad a un pueblo pequeño con una obra humanista sin precedentes.

No fue perfecto Fidel, pero en él hay tanto que admirar que creo hizo más de lo que muchos esperábamos.

Durante nueve décadas de vida pudo acompañarnos en este camino desde la cercanía de un familiar.

Por eso sentimos su partida. Mi hasta siempre Comandante va desde el alma. Nadie puede borrarte de la historia. Somos testigos de tu vida y de tus mejores logros.

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