El Tabaquismo, un peligro erradicable

Crecí en una familia materna numerosa. Mis abuelos tuvieron ocho hijos,  de ellos seis mujeres.

Por muchos años no sufrimos la pérdida inevitable de seres queridos, pero cuando se supo de la enfermedad terminal de mi  tía Raquel, todo resultó semejante a un gran derrumbe emocional.

Ella sólo tenía 40 años y dos hijos jóvenes. Era de todas las hermanas de mi madre, la más querida en mi corazón…

Destacaba en ella una  ternura particular que no dejaba dudas cuando quería a alguien sinceramente, tanto  como una mirada recta y profunda para quien le parecía falso.

Unos días mostraba mejor humor mejor que otros, pero su educación era exquisita. Yo admiraba su ejemplaridad de madre y  aquella labor de maestra en una escuela primaria rural donde brindaba amor, solidaridad y conocimientos a muchísimos niños en su curso de primer grado.

Cuando su vida parecía plena, entonces llegó el cáncer de pulmón! Desde los 17 años fue una fumadora incansable de cigarrillos!

Después del día que recibió el diagnóstico de la enfermedad hasta que murió estuvo con nosotros dos años. Fue un tiempo en el que batalló con una valentía admirable por sobrevivir,  fundamentalmente  tras el empeño de no abandonar a sus hijos y a su primera nieta que recién llegaba al mundo. Pero en fin, por lo avanzado del padecimiento terminaron sus días de manera prematura…

Ella se preguntaba a menudo: ¿por qué a mí? Muchas respuestas le llegaban al pensamiento,- decía-,  pero una verdad era irrefutable en cuanto al tema: el hábito de fumar produce cáncer sin distinción de personas.

Esta es la historia de alguien cercano a mí,  por lo que tengo claro lo nocivo del tabaquismo. Es un ejemplo parecido a otros en numerosas familias  del orbe, sin embargo,  aun el número de fumadores es alto en casi todos los países  justificado por la vida agitada y estresante que motiva la modernidad.

Nicotina, alquitranes, monóxido de carbono, fenoles, ácido fórmico y otros componentes se unen en cada cigarrillo en una compleja mezcla de altos grados de toxicidad que genera dependencia y adicción.
El hábito de fumar es causa directa de  cáncer en la cavidad oral, en faringe, laringe, esófago, pulmón, páncreas, riñón, vejiga y mamas. También constituye factor de riesgo en enfermedades cardiovasculares  y  digestivas.

No obstante, a pesar de todo lo dicho,  la gente sigue pagando por fumar  a expensas de deteriorar su salud y afectando incluso a otros convirtiéndolos en fumadores pasivos;  sometiéndolos a de manera involuntaria inhalar humo de tabaco cotidianamente.

Si usted fuma o conoce a alguien que lo haga, reflexione y contribuya a la reflexión de otros según sea al caso. Todas estas malas consecuencias pueden evitarse.
Hay quienes han transitado el camino de superarlo y aunque son comunes las recaídas en el intento, una vez logrado de manera definitiva se agradece mucho el dejar atrás tan nocivo vicio. Mejora la salud, se gana en calidad de vida e incluso los ingresos monetarios antes utilizados para la compra de cigarrillos comienzan a  tributar a intereses más nobles.
No deje entrar en su vida a quien puede dañarle cuando menos lo espere, máxime si conoce su nombre: Tabaquismo.