La Primera Internacional tuvo entre sus génesis la Sociedad de Demócratas Fraternales, fundada en 1845 por Julián Hamey en Londres, la Liga de los Comunistas a lo que también contribuyó la experiencia del movimiento obrero en la revolución de mil 848 hasta mil 849, donde se pusieron a prueba las doctrinas revolucionarias de Carlos Marx y Federico Engels.
Con el auge del movimiento obrero y democrático de los años 50 del S.19, surge la necesidad de la creación de la Asociación Internacional de los trabajadores y es el 28 de septiembre de mil 864, en la reunión de Saint Martins, en Londres, donde se anuncia la fundación de la organización política internacional.
Los primeros documentos elaborados estuvieron en función de los principios fundamentales de la teoría revolucionaria: las contradicciones entre el trabajo y el capital, la revolución social como única vía para liberar a los trabajadores de la explotación, al tiempo que se señalaban la conquista del poder político por el proletariado.
La Internacional Obrera estuvo integrada por sindicatos socialistas, anarquistas y diversas asociaciones obreras, y tuvo como sede la ciudad de Londres. Con la entrada de Bakunin comienzan las contradicciones entre dos tendencias opuestas, el anarquismo y la marxista encabezada por Marx, unido al fracaso de la Comuna de París en 1871 que acentuó los enfrentamientos dentro de la Internacional
Pero en el Congreso de La Haya (1872), los anarquistas fueron expulsados de la organización, que pasó a ser controlada por los marxistas hasta su disolución en 1876.
Sin dudas, entre los principales logros de la Internacional figura la lucha que dirigieron sus miembros por la reforma de los derechos políticos en Inglaterra, la campaña por el mejoramiento laboral y el apoyo a la Comuna de París.