Por una conducta responsable y preventiva ante el asma

Camagüey- La Organización Mundial de la Salud calcula que más de 235 millones de personas padecen asma, enfermedad crónica más frecuente en las edades pediátricas. Desde 1999, cada primer martes de mayo se celebra el Día Mundial del Asma para involucrar a los pacientes con la atención y control del padecimiento, así como reducir los posibles factores de riesgo.

El asma puede ser una enfermedad compleja, el diagnóstico llevar tiempo y requerir pruebas adicionales. Posiblemente se necesite un seguimiento cuidadoso de los síntomas del paciente y su respuesta a los tratamientos antes de confirmar un diagnóstico. Algunas de las expresiones de este padecimiento son las sibilancias, sonido agudo que se produce al respirar, especialmente durante la exhalación.

Síntomas nocturnos experimentan muchas personas con asma, lo que puede dificultar el sueño. Es importante mencionar que no todas las personas con asma experimentan los mismos síntomas y que pueden variar en intensidad y frecuencia. Quien considere que pueda estar experimentando algún síntoma de asma, es importante que consulte a un médico para recibir un diagnóstico y un tratamiento adecuados.

El asma puede tener varias consecuencias graves si no se controla adecuadamente. Los síntomas pueden interferir en la calidad de vida de las personas afectadas, dificultando su capacidad para realizar actividades diarias y afectando su sueño y concentración. Los episodios de asma también pueden ser peligrosos y potencialmente mortales si no se tratan de manera adecuada, ya que pueden causar una disminución significativa del flujo de aire y una falta de oxígeno en el cuerpo.

Estadísticas sobre el asma. Realización Karla Camila Abreu Rodríguez

Además de las consecuencias físicas, el asma también puede tener un impacto emocional y psicológico en las personas afectadas. Las personas con esta enfermedad pueden sentir ansiedad, estrés y depresión debido a la preocupación constante por los síntomas y el temor a tener un episodio de ella. También pueden sentirse aislados y limitados en sus actividades, lo que puede afectar su vida social y emocional.

Por lo tanto, es importante que las personas afectadas reciban un tratamiento adecuado y aprendan a manejar su enfermedad de manera efectiva para minimizar las consecuencias negativas. La prevención del asma se enfoca en evitar o reducir la exposición a los desencadenantes conocidos. Los más comunes incluyen alérgenos como el polen, los ácaros del polvo y los pelos de animales, así como irritantes del aire como el humo del tabaco, los productos químicos y los cambios en la temperatura y la humedad. Para prevenir el asma, es importante identificar y evitar estos desencadenantes siempre que sea posible. Las personas con antecedentes familiares de asma también deben tomar medidas preventivas, como evitar fumar y mantener un ambiente libre de humo en su hogar.

Evitar los desencadenantes conocidos y llevar un estilo de vida saludable para prevenir esta enfermedad. Esto puede incluir mantener un peso saludable, hacer ejercicio regularmente, seguir una dieta equilibrada y evitar el estrés. También se recomienda vacunarse contra la gripe y la neumonía para prevenir infecciones respiratorias que puedan desencadenar episodios de asma.

Es importante recordar que la prevención del asma no es una garantía, ya que algunos factores de riesgo no se pueden controlar, como la edad, la genética y la exposición temprana a los alérgenos. En caso de desarrollar síntomas de asma, es importante buscar atención médica de inmediato para recibir un diagnóstico y un tratamiento adecuado.

 

Por María del Carmen Fuentes Pérez

 

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