En estos días el valor y el esfuerzo se adueñan de las transmisiones televisivas. Llegan hasta nuestros hogares las imágenes de los Juegos Paralímpicos Rio 2016, y con ellas un despliegue inmenso de voluntad de quienes desafían limitaciones para mostrarse ante los ojos del mundo como hombres y mujeres distintos, no por condición física o mental, sino por su capacidad admirable de superarse.
Y aunque no pretendo hablar sobre su práctica deportiva, me remito a ellosporquemerecen el aplauso de todos, pues cada actuación lleva en sí innumerables historias. Unas pudieran hablar de tristezas y otras de avances, pero en todas, el medio familiar y social debe haber sido determinante.
A la experiencia cubana bien puede mirarse si de esfuerzo estatal se trata para ofrecer oportunidades a personas con necesidades educativas especiales. Tan solo las cifras son elocuentes. Antes del triunfo de la Revolución en 1959, la Educación Especial en la Isla era prácticamente inexistente, y hoy ese subsistema cuenta con 400 centros y una matrícula superior a los 39 mil estudiantes.Además, unos 50 mil son atendidos en todo el sistema educativo a partir de la labor de los maestros de apoyo y de los especialistas de los Centros de Diagnóstico y Orientación que brindan asesoramiento a los maestros de la educación regular, con lo cual se asegura su atención sin llevarlos a otro centro escolar.
A toda esta labor se suma la del Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (INDER) y el empuje de las organizaciones no gubernamentales que los agrupan, como las asociaciones de ciegos y débiles visuales, la de limitados físico/motores y la de personas sordas e hipo acusicas (ANCI, ACLIFIM, ANSOC) para la captación, preparación y formación de los atletas.
Gracias a ese esfuerzo, que se enfrenta a las limitaciones del bloqueo norteamericano, nuestros atletas paralímpicos se distinguen entre los de más valía mundial. Junto al resto del orbe nos hacen vibrar de emociones, admiración y respeto cuando en cada acción nos ofrecen lecciones de superación humana. Bienvenidas entonces esas imágenes extraordinarias de los juegos paralímpicos, mi aplauso agradecido por hacernos pensar siempre en la victoria.