Unidad y compromiso, palabras de máxima actualidad

Una anciana, fallecida hace algún tiempo, me contaba de la cruel enfermedad que por los años 40 del pasado siglo, se llevó a su esposo, y de los muchísimos caminos que recorrió sin dinero ni apoyo, para conseguir algún tratamiento en La Habana.

Un buen día, le aconsejaron ver a una persona que la ayudaría…Resultó ser el testaferro de un sargento político que le ofreció una recomendación, si le conseguía algunas cédulas electorales, algo así como un ¨toma y dame¨ sin garantía alguna.

Así funcionaban las cosas en la Cuba de entonces, algo que muchos no conocieron y otros pretenden ignorar a pesar de la experiencia vivida, las tradiciones orales  y los libros de historia.

Se trataba de una falsa democracia a la que algunos sueñan aún con regresar, pero precisamente eso son: sueños, y once millones de cubanos los hacemos despertar a golpes de unidad en torno a la Revolución.

Se ha demostrado con creces a lo largo de más de medio siglo, como  cuando en 1976 la isla fue escenario de  un debate popular en pro de la institucionalización del país bajo la bandera del Socialismo, y exhibió un voto favorable a la nueva Constitución del 97 %, un número impensable para los paladines de la falacia y la crítica irracional.

Años después, en 1993, etapa de sacrificios inolvidables para los  habitantes de la mayor de las Antillas debido a la caída de nuestros mayores socios comerciales y el recrudecimiento del bloqueo económico y financiero, se convocaron los Parlamentos Obreros, de los cuales surgieron propuestas de nuevas medidas y ajustes  que más tarde aprobaría la Asamblea Nacional.

Ningún planteamiento fue pasado por alto, ni voz alguna fue acallada en las reuniones de los centros de trabajo; libremente cada ciudadano tuvo la oportunidad de presentar con transparencia, seriedad y respeto, sus opiniones, que una por una fueron analizadas hasta confeccionar el documento finalmente debatido y aprobado por el más alto nivel.

Más cerca en el tiempo, los cubanos protagonizamos en centros laborales, estudiantiles, cuadras y barrios,  la propuesta de Lineamientos de la Política Económica y Social y la Conceptualización del Modelo Económico y Social.

 

Y ahora, desde el 13 de agosto,  nos centramos en el análisis del Proyecto de Nueva Constitución.

En los círculos de poder de los Estados Unidos y en las proyecciones de malagradecidos y  mercenarios de toda laya radicados aquí o allá, estará presente la tergiversación y la mentira, pero la verdad incuestionable, demostrada una y mil veces es una sola: unidad en la construcción de la sociedad que escogimos con Fidel al frente, el primero de enero de 1959.

Imposible desvirtuar la realidad  de quienes como nosotros,  recorren el camino que  decidimos  sin presiones ni injerencismos, y eso es tan irrevocable como el carácter Socialista de nuestra obra.