La vagancia: memorias de un mal social

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

No sólo tienen valores literarios las “Memorias sobre la vagancia” de José Antonio Saco, las que lo distinguen por un estilo de excelencia, sino que tienen indudable mérito sociológico, teniendo en cuenta sobre todo la vigencia de algunas de las ideas expuesta.

Si bien la Revolución cubana consiguió resolver y eliminar las causas medulares que arrastraba la nación desde la colonia  y que colocaban a la vagancia como uno de sus carísimos males sociales, el  fenómeno aún nos incomoda en el presente para que  Cuba pueda subir incólume al rango a que la llaman los destinos.

Si los efectos y causas de la vagancia… se quieren disimular con la fertilidad y abundancia del suelo y con la influencia del clima, Cuba jamás podrá subir al rango a que la llaman los destinos. Sus campos se cubrirán de espigas y de flores; hermosas naves arribarán a sus puertos; una sombra de  gloria y de fortuna recorrerá sus ciudades; pero a los ojos del observador imparcial, mi cara patria no  presentará sino la triste imagen de un hombre, que envuelto en un rico manto, oculta las profundas llagas que devoran sus entrañas.  Estas ideas fueron publicadas en la Revista Bimestre Cubana en abril del 1832.

Hará 189 años que Saco observaba la necesidad de una organización funcional que permitiera saber quién vive en cada barrio y cuál es su ocupación y destino: un examen de esta naturaleza solamente podrá ser temible a los pícaros, porque el hombre de bien, no teniendo nada que lo intimide, mirará cifradas en él su conservación y seguridad. Nada más parecido a los Comités de Defensa de La Revolución, que existen en cada uno de los barrios de la Isla y que  pudieran, de quererlo, combatir la vagancia.

Porque a pesar de que muchos se han sentido estimulado con las nuevas formas de trabajo individual y privado que ha facilitado el país, y de la entrega de tierra en usufructo para laborarla productivamente… muchos son los que aún huyen del trabajo, esgrimiendo tal vez, las medidas de reajuste de las plantillas de empleo en entidades estatales, la que por efecto no ha generado más que reacomodo de fuerza de trabajo entre organismos y ramos.

Una fuerza mayoritaria tiene Cuba de obreros y trabajadores, de cualquier oficio y especialidad, pero no ha de ser suficiente  mientras algunos, no contribuyentes con el tesoro público,  logren vivir del sudor y el esfuerzo colectivo. Justamente esta realidad, que precisa ser cambiada,  es por ende uno de los objetivos en la tarea del ordenamiento económico: estimular el trabajo como  fuente principal de riquezas.

Por ejemplo, en La Habana se han identificado más de 17 000 ofertas de empleo, labor que igualmente desarrollan todos los territorios. Unas 15 mil personas solicitaron empleo en Cuba previo a la entrada en vigor de la tarea ordenamiento el 1 de enero, informó la ministra de Trabajo y Seguridad Social, Marta Elena Feitó en un espacio televisivo de la Mesa Redonda. De ellas, un total de siete mil 257 aceptaron los puestos ofertados principalmente en el sector empresarial, donde es necesario estimular el desarrollo local.

 El primer secretario del Partido Comunista en Cuba, Raúl Castro, ha reiterado en decena de sus discursos la necesidad de trabajar duro para salvar a la nación, por tanto concebir el ordenamiento económico de manera integral e implementarlo eficientemente es el rumbo para que definitivamente el trabajo sea fuente y estimulo,  y,  el tema de la vagancia quede solo en la memoria de los errores en Cuba.

 (Caricatura Martirena, tomada de Vanguardia)