Camagüey- En la lista de profesiones humanas y consagradas, la enfermería tiene un lugar de honor sin la menor duda. Según diversos diccionarios, la profesión es una rama de la salud que abarca la promoción, prevención de la enfermedad y los cuidados específicos. Pero en la práctica, la enfermería supera esas concepciones hasta llegar a elementos más complejos como el sacrificio y el esfuerzo físico.
Dentro de esta especialidad, las enfermeras y enfermeros pediátricos clasifican entre las más bellas, y a la vez, más fuertes desde el punto de vista sentimental. En el Hospital Pediátrico Eduardo Agramonte Piña de Camagüey existe todo un Departamento de Enfermería completamente vinculado a los cuidados de niñas, niños y adolescentes.
En los diferentes servicios del hospital infantil se percibe la consagración de estos trabajadores de la salud pública. En el Servicio de Neonatología (abierto) se reciben a bebés pacientes quirúrgicos hasta los 45 días y con problemas de salud hasta los 29 días. Las enfermeras se convierten también en madres para brindar calor y atención a estos pequeños.
Mery Fadull Peña, enfermera reincorporada en el hospital, fue la Jefa de Sala de Neonatología desde 1984 hasta 2018. En sus palabras confiesa que las enfermeras neonatólogas las caracteriza la sensibilidad y la gracia para los bebes pues son parte fundamental de su desarrollo vital. Actualmente, labora en el banco de leche humana del centro médico; una responsabilidad fundamental para la alimentación de niños, especialmente los noenatos y en estado delicado. » Las familias me dicen el ángel de los niños graves porque nuestro equipo garantiza ese proceso fundamental como es la lactancia materna» , confiesa Mery.
Ese profesional vestido de blanco o con bata verde y con su cofia, característica en las féminas, es el alma de cualquier sala, la alarma que nunca descansa, el brazo firme del médico y el apoyo en momentos difíciles o felices.
Caridad Camejo Martínez, Jefa de Sala de Neurocirugía, comparte sus experiencias entre el hogar y el trabajo. Para esta enfermera, su trabajo es fundamental para la sociedad aunque en ocasiones no conozca ni la hora de retorno con la familia. » Venimos hasta acá sin saber la realidad del día; no conocemos horarios de retorno con la familia porque es una profesión muy sacrificada » , comparte Camejo Martínez.
Aunque ahora asume la jefatura del Departamento de Enfermería, Norma Estrada Rivero recuerda sus incontables anécdotas frente a los paciente pediátricos, un momento complicado y que puede marcar para toda la vida. Para esta Jefa de Enfermeras, su profesión es el tronco de la atención médica y los compromisos son incontables en pos de la atención a niños y adolescentes. » Nosotros somos el arte de curar» , enfatiza la enfermera Norma.
Estos hombres y mujeres, hijos de la formación cubana en enfermería guardan muchas experiencias en sus largos o pocos años de labor. Ningún hospital puede escribir su historia sin su cuerpo de enfermería. Ellos son una de las arterias principales del gran corazón de la salud camagüeyana y pediátrica.
Fotos: Avianny Herrera y Javier Lacaba