Siempre me he preguntado qué hace felices a los demás. Quizás, más que imaginarlo debería interrogarme a mí misma ¿Qué me hace sonreír cada mañana? ¿Dónde están mis fortalezas y sueños? ¿Cómo imagino la vida dentro de diez o veinte años? Todos merecemos ese diálogo interno, el que nos presenta a la persona que más nos ama.
El hablar con uno mismo es terapéutico, sirve como catarsis y es emocionalmente necesario para atendernos, entendernos y conocernos mejor. No es locura mía, los psicólogos y psiquiatras lo refieren en la literatura científica. Cuando prestamos oídos a nuestras necesidades mejora la capacidad intelectual y de toma de decisiones, la mente se afila y el presente adquiere más nitidez que nunca.

En tiempos de relaciones tóxicas -ojo no solo con las parejas, sino con la familia y amigos- se torna complicado eso de quererse a uno mismo. Pero, debemos mirar al espejo y sonreír ante la imagen, sin buscar patrones inalcanzables, evitando esos cuestionamientos innecesarios basándonos en la opinión de otros.
El amor propio, del cual tanto escuchamos, debe ser la primera semilla a cultivar, pues la salud mental y el bienestar dependen de él. En esa forma de dirigirnos a nosotros mismos encontraremos las bases para relaciones más sanas y duraderas, en las cuales buscaremos no lo que falte, sino lo que nos complemente.
Hoy las redes nos muestran vidas paradisíacas, llenas de viajes y metas cumplidas. De gente siempre sonriente. TikTok, Instagram y Facebook son la puerta a muchos patrones de éxito y modos de vida que se reproducen detrás de la pantalla; un peligro cada vez más inminente para la salud emocional de los usuarios.
Ante esta realidad dependemos aún más de las redes de apoyo: la familia, el entorno cercano y la más importante, los cimientos personales, esos que impiden el salto al abismo.
Hay que perderle el miedo a escucharnos, a ponernos primero y a comenzar el viaje más difícil de nuestra vida: el del autoconocimiento; aunque para ello debamos apagar las voces negativas y mirarnos con más aceptación.