Camagüey- Agrupaciones teatrales camagüeyanas e invitadas ocupan salas del territorio como propuestas del verano.
El Guiñol de Camagüey estrenó la obra La niña y el elefante. Una historia de amistad, justicia y enseñanzas. Adaptación de un texto del escritor brasileño Frei Betto. La puesta en escena estuvo con dirección artística de Yoshiaky Méndez.
Títeres de gran tamaño recrean el ambiente circense acercando también al público a otros temas de la vida cotidiana. Espectáculo de entretenimiento y reflexión.
Mientras que Teatro El Arca de la Habana ofreció funciones con tres obras titiriteras para toda la familia, entre ellas El negrito y los fantasmas y Cuento con Caricia dirigidas por Miriam Sánchez e Historias de nadie y para todos, con puesta en escena de Ruandi Góngora y Gabriel Colarte Reyes. Colectivo con dirección general de Rigel González
Teatro Pálpito exhibió el monólogo Las penas saben nadar que narra la historia de la actriz alcohólica que interrumpe una función teatral con el anhelo de ser reconocida profesionalmente. Texto del Premio Nacional de Teatro y Literatura, Abelardo Estorino, que cuenta con la actuación de Valia Valdés.
Desde el escenario se recrean temas relacionados con las complejidades de la vida que trascurren entre el dolor y la esperanza con emociones conmovedoras. Obras para niños y adultos durante la etapa estival. Desde las tablas se mantiene activado este modo verano.