Fidel se siente…

Mi nieto Thiago pasaba por mi lado hace unos días, muy erguido cual un soldado en pase de revista, la mano en el rostro con el clásico saludo de los pioneros y exclamando con una voz tan firme como lo permiten sus cinco años:

“Se oye, se siente, Fidel está presente…”

Y en estas últimas horas en que se han transmitido en vivo por la televisión cubana una buena parte de la sesión constituyente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, pienso en las veces que los enemigos de la Revolución se han quedado con las ganas.

Una de estas ocasiones, la más memorable y trascendente para este pueblo humilde, sencillo pero digno, fue cuando el fallecimiento del Comandante en Jefe Fidel Castro, hace algo más de un año.

Pensaban los que dudaban de la capacidad de la Isla de asumir lo que sin dudas fue un duro golpe, recuperarse y continuar adelante el proyecto social que escogimos por libre decisión hace más de medio siglo, sin imposiciones, tutelas ni entreguismo.

Once millones de seres convencidos de la justeza de los ideales que nos inculcó el líder y con los que comulgó durante su larga vida, continuaron avanzando, superado el dolor más que comprensible y apegados a lo que sabiamente estableció, y que puso en práctica con suficiente antelación al fatal desenlace.

El Segundo al mando, su principal discípulo, el del asalto al cuartel Moncada, el Granma, la Sierra y tantos años de colaboración fecunda, forjado en mil tareas y misiones a cual más compleja y diversa, asumió la presidencia de la República y la Primera Secretaría del Partido.

Tal como se anunció hace algún tiempo, cesó Raúl, por voluntad propia, en sus funciones al frente de los Consejos de Estado y de Ministros y en votación de absoluta transparencia se elige el relevo necesario.

Nada de saltos bruscos en el quehacer y las proyecciones del Parlamento y sus líderes, ninguna transición traumática, sino el curso lógico de la vida, previsto de manera organizada y con total apego a lo que norma la Carta Magna que también fue aprobada por un pueblo entero. En cada uno de los representantes del barrio, del municipio, de la provincial o de determinados organismos y organizaciones, estuvo a lo largo de las horas de plenario, el pensamiento de Fidel y bueno es reafirmarlo, de Martí.

Por eso, conviene recordar las líneas que sobre el Apóstol de la Independencia Cubana escribiera la insigne Gabriela Mistral: “…El ya no está aquí, en este mostrador de la vida… pero está el grupo de los suyos que han tomado a su cargo el negocio moral, la institución cubana y Americana que se llama José Martí, la cual está vigente… y está viva…” 

(*)¿ En qué consiste la originalidad de Martí?. (Periódico Granma, 11 y 18 de abril 2018)