El Buró de Supervisores de la ciudad de California, aprobó una resolución que llama a estrechar las relaciones con Cuba y cooperar especialmente en el área de la salud.
La resolución pide a las autoridades de Estados Unidos facilitar la entrada a ese pais del interferón producido en Cuba por el CIGB y de solicitar apoyo de expertos cubanos de salud para el enfrentamiento a la COVID-19, tras el combate efectivo a la pandemia en la nación caribeña.
La declaración solicita además el fin de las medidas económicas y de restricción de viajes contra Cuba, el cese del impedimento a Cuba para importar equipamiento médico y medicinas desde Estados Unidos y la detención de los intentos de detener la colaboración cubana de salud en otros países.
Con esta declaración, son ya 14 las ciudades estadounidenses que han emitido pronunciamientos sobre las relaciones con Cuba.
(Con información de Embajada de Cuba en Estados Unidos)
El cuerpo legislativo en el gobierno de San Francisco se unió así con su resolución al reclamo de cooperación y levantamiento de esa política coercitiva expresado tanto dentro como fuera esta norteña nación, cuando aumenta la hostilidad de la actual administración de la Casa Blanca contra la isla.
Durante una visita de un diplomático de la isla en 2016 a San Francisco, la Junta emitió una proclama en la cual dio la bienvenida a Cuba tras el restablecimiento de las relaciones entre los dos países el 20 de julio de 2015.
El suceso se enmarcó en el contexto del creciente sentimiento de una mayoría en Estados Unidos que aboga por el fin del bloqueo económico, financiero y comercial y por dar pasos que conduzcan a la normalización de los nexos entre ambas partes.
Las autoridades cubanas denunciaron el ataque inmoral y persistente contra el esfuerzo del país caribeño de brindar solidaridad a aquellas naciones que han solicitado cooperación para enfrentar la COVID-19.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba advirtió que en vez de dedicarse a promover la cooperación y estimular una respuesta conjunta, altos funcionarios del Departamento de Estado dedican su tiempo a emitir declaraciones de amenaza contra aquellos gobiernos que, ante el drama de la pandemia, optan soberanamente por solicitar ayuda a Cuba, según indica PL.
