Vilma, una mujer muy especial

Vilma en el acto de pioneros en Tararça por el Dçia Internacional de la Mujer.
Foto: Orlando Cardona 07/03/1984
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Vilma Espín representa la unión de dos generaciones, una que creció junto con la Revolución y otra que va de la mano, como el hijo que se esconde en el regazo de sus padres y aprende así a ser rebelde, luchador, transgresor…

Vilma fue una mujer muy especial, y ese recuerdo de mujer hermosa, discreta y brillante brota en el quehacer diario de la organización que ella fundó. Hoy, en todas las localidades del país, las federadas tienen un espacio donde debaten las problemáticas sociales y temas internacionales, así como los sentimientos más internos de las familias cubanas: la violencia de género, situación de los niños sin amparo familiar, la inclusión de la mujer en la sociedad o el trabajo comunitario.

En Cuba, hoy se dice con orgullo que la Revolución no es nada sin las mujeres. Ahí radica la fuerza que impulsa su motor. Trabajadoras, madres, dirigentes, amas de casas y abuelas laboran juntas, y ofrecen lo mejor de ellas todos los días, una obra que no se construye si no es con sazón especial, con amor.
Vilma Espín Guillois, con sus 91 años, sigue siendo necesaria, o más bien, imprescindible porque sus luchas están ahí, vigentes, guiándonos para darlo todo, y seguir soñando con un país mejor.