Vilma Espín representa la unión de dos generaciones, una que creció junto con la Revolución y otra que va de la mano, como el hijo que se esconde en el regazo de sus padres y aprende así a ser rebelde, luchador, transgresor…
Vilma fue una mujer muy especial, y ese recuerdo de mujer hermosa, discreta y brillante brota en el quehacer diario de la organización que ella fundó. Hoy, en todas las localidades del país, las federadas tienen un espacio donde debaten las problemáticas sociales y temas internacionales, así como los sentimientos más internos de las familias cubanas: la violencia de género, situación de los niños sin amparo familiar, la inclusión de la mujer en la sociedad o el trabajo comunitario.