Paradigmas de intransigencia revolucionaria

No es solo la fecha de natalicio el punto de coincidencia entre el hijo de esta isla Antonio Maceo Grajales (1845-1896),y el argentino nacionalizado cubano Ernesto Guevara de la Serna (1928-1967). Ambos constituyen en la historia patria paradigmas de intransigencia revolucionaria.

El mulato  nacido en el oriente de la Isla, hombre de campo, es un símbolo porque a fuerza de machete y pensamiento despejó el camino en la formación de la nacionalidad cubana durante dos guerras independentistas contra el yugo español, con la suma de 26 heridas y más de 800 acciones de guerra.

A mediados del siglo veinte, el “Che” trocó el maletín de médico que trajo en la expedición del Granma por el fusil. Siempre el primero cuantas veces hizo falta un voluntario para misiones difíciles. De manera similar desanduvo lomeríos y llanos para destronar a una tiranía que ostentaba con abusos y confabulaciones el poder de una república hecha a la medida de los vecinos del Norte.

La valentía, talento, espíritu de sacrificio y carácter convirtieron a estos dos soldados en certeros estrategas militares en condiciones no convencionales de la guerra, y con el hostigamiento constante del enemigo en cuarteles o campo abierto. En ambos, el ejemplo personal como jefe condujo a la organización y disciplina de sus subordinados para conseguir exitosamente el objetivo. Así llevaron, respectivamente a los altos grados de Mayor General del Ejército Libertador y el de Comandante del Ejército Rebelde.

Si algún legado pueden apreciar los cubanos y hombres de aspiraciones de libertad en cualquier rincón del mundo es la intransigencia de Maceo y el Che en su concepto antimperialista. El primero rechazó a las aspiraciones anexionistas: « (Cuba) no debe ni puede esperar soluciones extrañas; su porvenir está en hacerse reina absoluta de sus destinos y recoger a sus hijos proscritos por la tiranía de su opresor».

El otro, por su parte, decía que al poderoso vecino del Norte no se  podía confiar ni un tantico así. !Nada!. « Toda nuestra acción -afirmaba – es un grito de guerra contra el imperialismo»

De ambos revolucionarios  diría el líder histórico de la Revolución cubana, Fidel:

«Maceo era ya un personaje legendario cuando el Che vino al mundo. Si uno afirmó que quien intentara apropiarse de Cuba recogería el polvo de su suelo anegado en sangre si no perecía en la lucha, el otro anegó con su sangre el suelo de Bolivia tratando de impedir que el imperio se apoderara de América. Ambos fueron invasores de Oriente a Occidente; ambos murieron en combate; ambos son hoy símbolos insuperables de valor e intransigencia revolucionaria».