“Oigámoslo de pie, y con las cabezas descubiertas”

Así publicó José Martí, el 25 de junio de 1892, en el periódico Patria cuando divulgó la versión actual del himno de combate La Bayamesa entre los emigrados cubanos que se aprestaban para la nueva contienda

«Patria publica hoy, para que lo entonen todos los labios y lo guarden todos los hogares; para que corran de pena y de amor, las lágrimas de los que lo oyeron en el combate sublime por primera vez. Para que espolee la sangre en las venas juveniles, el himno a cuyos acordes, en la hora más bella y solemne de nuestra patria, se alzó el decoro dormido en el pecho de los hombres. ¡Todavía se tiembla de recordar aquella escena maravillosa!» 

Los himnos se consideran composiciones patrióticas, símbolos en todos los países. Nuestro Himno se refiere dos versos de su primera estrofa a la Patria, y resultó convocatoria de lucha en los primeros pasos por el tortuoso camino hacia  nacionalidad cubana, libre del coloniaje español.

Diez días después de aquel 10 de octubre de  1868, tras el alzamiento armado en el ingenio La Demajagua, en la región oriental de la Isla, los ricos hacendados y campesinos criollos junto a esclavos liberados en esa ocasión, entran como soldados victoriosos al poblado de Bayamo. El pueblo reunido en la plaza cantó por primera vez el Himno, –conocido entonces como La Bayamesa–, cuya versión es escrita por Perucho Figueredo, ahí mismo, sobre la montura de un caballo, en medio del fragor de los acontecimientos, según la tradición oral.

Unos  meses antes  en la conspiración masónica para la lucha armada contra España se había sugerido al abogado Figueredo que escribiera nuestra Marsellesa. La pieza musical tiene originalmente ocho estrofas y en su interpretación pública el 11 de junio de 1868 en la iglesia mayor el gobernador español advierte el espíritu levantisco de la melodía.

La composición musical  de inflamada poesía ha sido fiel acompañante  de los cubanos y cubanas en los momentos agradables, cargados de dignidad, soberanos y también, en los luctuosos, durante 150 años de historia revolucionaria de Cuba.

Desde niño nos enseñan en la escuela que el Himno Nacional se canta con fuerza interpretativa, de pie. Es un himno de combate, como entonaron, una y otra vez, los mambises en las guerras de independencia del yugo español y los combatientes del Ejército Rebelde, herederos de tradiciones de lucha por la libertad del pueblo.

 

 Como fuente de inspiración patriótica fue cantada ante el preludio de la invasión contrarrevolucionaria aquel 16 abril de 1961, cuando se definió el rumbo al socialismo. En esa ocasión Fidel convocó a la disposición frente al enemigo “con las estrofas del himno patriótico, con el grito de “al combate”, con la convicción de que “morir por la patria es vivir” y que “en cadenas vivir es vivir en oprobios y afrentas sumidos»

Con el pasar de los años, los cubanos  no hemos temido a ningún sacrificio por el ideal de soberanía en la Isla y allende los mares, pues la letra y notas del Himno Nacional siempre nos contemplan orgulloso, desde el campamento mambí hasta la sociedad de todos  y para el bien de todos.

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