“Mi vida, una semilla en un surco de mármol”

 

Rubén Martínez Villena había recalcado esa idea en un poema romántico de su adolescencia. “Su vida, una semilla en un surco de fuego” puntualiza con certeza y devoción Raúl Roa al definir al joven revolucionario que lideró la  Protesta de Los Trece durante una ceremonia de la Academia de Ciencias, contra un escandaloso acto de corrupción durante del gobierno de Alfredo Zayas.

Cuentan que a los tres años de edad, Rubén Martínez Villena viajó junto a su padre en un tren al que subió Máximo Gómez. El Generalísimo, impactado por la mirada de aquel niño, tuvo una premonición y se la dijo: “Tu vida tendrá luz plena de mediodía”.

El pequeño del tren se transformó  en  bravo combatiente por la justicia social que dirigió, casi agonizante y con sus últimas fuerzas, la huelga general y la marea revolucionaria que derribaron al tirano Gerardo Machado el 12 de agosto de 1933.

Su deteriorada salud, por la tuberculosis, no le impidió dirigir desde su lecho de enfermo las reuniones del Partido y organizar el IV Congreso Nacional Obrero de Unidad Sindical, durante cuyas sesiones falleció el 16 de enero de 1934.

VER Querido Rubén

Villena fue el autor de  poema patriótico cuyos versos más encendidos fueron recordados por el líder de la Revolución, Fidel Castro, en  1973 cuando se conmemoraba aniversario del Asalto al Cuartel Moncada, y, en el emocionante final de su discurso  dijo: “El 26 de Julio era la carga que tú pedías”, haciendo referencia a Villena, como uno de los protagonistas de la única Revolución cubana que tendría comienzo en La Demajagua.

(Graficación tomada de cubasi)