GUERREROS EN EL TIEMPO, HERMANADOS EN LAS CAUSAS JUSTAS

A la distancia de 83 años, entre el nacimiento del mulato cubano Antonio Maceo (1845-1896)  y del argentino Ernesto “Che” Guevara (1928-1967), resulta infalible la coincidencia de que tenían tanta fuerza en el pensamiento como fuerza en los brazos al blandir el machete  o empuñar el fusil, cuando en sus tiempos se consagraron a la liberación del pueblo de Cuba.

Hombre de campo uno y médico el otro sobresalieron en las estrategias militares en condiciones no convencionales de la guerra y hostigamiento constante del enemigo en cuarteles o campo abierto.

En ambos, el ejemplo personal como jefe condujo a la organización y disciplina de sus subordinados para conseguir exitosamente el objetivo. Historiadores destacan la frase de Maceo: «Soy militar ante todo […] y no estaré en donde no puedan estar el orden y la disciplina», mientras el “Che” planteaba que «la fuerza de un ejército descansa en su disciplina y moral».

Así, hombre de campo uno y médico el otro sobresalieron en las estrategias militares en condiciones no convencionales de la guerra, y de hostigamiento constante del enemigo en cuarteles o campo abierto.

Maceo conocido como el “Titán de Bronce”, ascendió de soldado a mayor general del Ejército Libertador, en las guerras de independencia del colonialismo español, desde el año 1868 hasta que fue abatido el 7 de diciembre de 1896.

Guevara, el “Guerrillero Heroico”, vino a Cuba como médico en la expedición del Yate Granma y llegó a La Habana, en enero de 1959, con el grado de Comandante del Ejército Rebelde. Luego libró combates por el desarrollo político y económico del país, hasta que otras tierras del mundo reclamaron el concurso de sus modestos esfuerzos. Fue herido y asesinado en Bolivia, en octubre de 1967.

Sin embargo, resulta de suma importancia la manera en que estos dos transmitieron a las nuevas generaciones de cubanos sus respectivos conceptos antiimperialista, que en la actualidad tienen vigencia para enfrentar a quienes pretenden confundir la Historia Patria y apelan a la demagogia para desmontar nuestro sistema socialista, por todos y para el bien de todos

Cuando en el siglo XIX, algunos pusieron los ojos en Estados Unidos para lograr la independencia de España, Maceo con sólidas raíces en la lucha rechazó las aspiraciones anexionistas de falsos patriotas « no debe ni puede esperar soluciones extrañas; su porvenir está en hacerse reina absoluta de sus destinos y recoger a sus hijos proscritos por la tiranía de su opresor».

Célebre es la frase del Che acerca de que al poderoso vecino del Norte «no se  podía confiar ni un tantico así… !Nada! […]  “Toda nuestra acción –afirmaba – es un grito de guerra contra el imperialismo…”