Farmacias, dispensarios o boticas: un homenaje cubano

La farmacia cubana data de los siglos XVI al XVIII, y las primeras noticias que se tiene de ella fue en 1519 en que salió de esta Isla hacia México, la expedición de Hernán Cortés y en la que hacía de boticario un joven soldado de apellido Murcia (Pruna, 1994).

A las farmacias en Cuba le llamaban boticas. Múltiples son los adelantos de la ciencia farmacéutica en los siglos XIX y XX. No se puede dejar de mencionar a Juan Tomás Roig, distinguido hombre de ciencias, de profesión farmacéutico. Creador del “Diccionario botánico de nombres vulgares y plantas medicinales, aromáticas y venenosas de Cuba”, obra de gran importancia para la ciencia cubana.

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Los farmacéuticos son profesionales que ayudan a adquirir y hacer el mejor uso de sus medicinas. El papel del farmacéutico ha cambiado significativamente en los últimos veinte años, pero los principios éticos fundamentales se mantienen esencialmente los mismos.

El  personal que labora en dichas instituciones, hoy día,  no solo se ha limitado a la venta de fármacos sino que muchas son a su vez laboratorios y fabricantes de medicinas tradicionales y alternativas ante la carencia de productos industriales.

El Día del Farmacéutico Cubano se conmemora el 22 de noviembre en honor al natalicio del mártir Antonio Guiteras Holmes, quien se graduó de Doctor en Farmacia en 1927 y, a causa de su activa labor revolucionaria y temprana muerte, pudo ejercer por poco tiempo la profesión. Guiteras nace el 22 de noviembre de 1906 en Montgomery, Pennsylvania, Estados Unidos. Sus padres fueron la norteamericana María Teresa Holmes y el cubano Calixto Guiteras. Se traslada para Cuba a la edad de siete años.

En 1924 se gradúa de Bachiller y agrimensor en Pinar del Río, y en septiembre de ese año matricula en la Universidad de La Habana para estudiar Farmacia, carrera que concluye en 1927. Durante su estancia en la Colina, forma parte del Directorio Estudiantil Universitario.

Destacado luchador contra la tiranía de Gerardo Machado, participa en la insurrección de Agosto de 1931, ocasión en la que es capturado y condenado a prisión; poco tiempo después lo liberan por amnistía. Organiza el levantamiento armado iniciado el 29 de abril en el Oriente del país, con el asalto y toma del cuartel de San Luis y el alzamiento de columnas guerrilleras en la zona de Victoria de las Tunas.

Con las responsabilidades de secretario de gobernación de Guerra y Marina, y ministro de Obras Públicas y de Comunicaciones, integra el Gobierno de los Cien Días en el que toma importantes medidas de carácter popular y antiimperialista sin precedentes en la Historia de Cuba, entre ellas, la implantación de la jornada laboral de 8 horas, la autonomía universitaria, la disolución de los partidos políticos que laboraban con la tiranía machadista, la rebaja de los precios a los productos de primera necesidad y la intervención de la Compañía norteamericana de Electricidad.