Las imágenes retornan de manera diferente, representan a los mambises en momentos de trascendencia histórica en Cuba, en especial de la ciudad de Camagüey, con un intervalo de 121 años. El camino de casi un kilómetro rodeado de ostentosas vivienda hacia la ermita de La Caridad coincidentes en el 2019 con la designación de la virgen católica y a Oshun, según la tradición afrocubana, reserva valores de la lucha independentista.
Por ella desfilaron el 3 de diciembre de 1898 del III Cuerpo del Ejército Mambí, cuyos éxitos en la Guerra Necesaria que predicaba José Martí contra el poder de España debilitado por su política de «Hasta el último hombre y hasta la última peseta», habían sido secuestrados ese año de la contienda con la intervención de los Estados Unidos.
Tras la derrota del ejército español, en la primera guerra imperialista, Washington no reconoció al gobierno de la República de Cuba en Armas, impidiendo incluso la entrada de las tropas cubanas a la ciudad de Santiago de Cuba.
Según cronistas de la época, escoltados por el repicar de las campanas, a las seis de la mañana dio comienzo la formación en este camino principal: tres batallones de infantería, el Cuartel General del Tercer Cuerpo con su General Lope Recio Loynaz, después los regimientos de caballería de Agramonte, de Eduardo, de Camagüey, y de Caonao. La banda de música entonaba el paso doble El Triunfo. Gritos de Cuba Libre acompañaron al desfile.
Hace sesenta años retornaron los mambises a esta importante avenida de la otrora Villa de Santa María de Puerto Príncipe, que y rebasa el medio milenio de existencia. Así, un periodista del periódico El Camagüeyano describió los matices del momento:
“(…) Alrededor de las diez de la mañana la caravana motorizada donde venía Fidel Castro entró en Camagüey por la Carretera Central procedente de Oriente. De pie en la torre de un tanque Sherman de gran tamaño, Fidel Castro extendió sus manos en un amplio saludo cordial hacia las enormes multitudes que se agolpaban por todas partes y lo aclamaban deliberadamente”.
En la actualidad, cuando fuerzas de poder imperialistas y fantoches de toda calaña invitan a olvidar nuestra historia Patria, los cubanos de buna fe se niegan a tachar tantos años de sangre y sacrificio que ha costado para disfrutar la soberanía, el bienestar para todos, sin distinción de color de la piel o credo, a ser yo o ustedes colmados de derechos humanos sin una bota déspota -hecha en o made in- sobre el pecho.
Con tales razones, nos reunimos cada cuatro de enero camagüeyanos de todas las edades para recordar el paso hacia Occidente de triunfal de la Caravana de la Libertad, encabezada por el Comandante en Jefe Fidel Castro, junto a los “barbudos” y colores verde olivos, banderas cubanas y rojinegras del Movimiento 26 de Julio.
Más tarde, en presencia de miles de camagüeyanos que desbordan la Plaza de la Caridad, el Líder de la Revolución pronuncia un trascendental discurso, vibrante y patriótico, en el que anunció el fin de la Huelga Popular, al estar consolidado el triunfo revolucionario.
Muchos residentes mayores de cincuenta años y jóvenes generaciones que aprendieron a quererle, rememoran hoy aquellas visionarias palabras del Líder de la Revolución sobre el ritmo de transformaciones sociales que se avecinaban, donde “el pueblo ganará todas sus batallas, porque el pueblo aprendió a ganar después de haber conquistado no solo la Revolución, sino el tenerla asegurada para sí…”
Y aquí estamos, para seguir adelante con el legado de Fidel que nos enseñó con su ejemplo, optimismo, ideas y los proyectos humanistas que trascienden las fronteras.
Si en 1898 la Guerra de Independencia concluía de una manera abrupta, la doctrina martiana, forjada en los valores épicos, morales y éticos que habían forjado a la nacionalidad cubana, se mantiene este 4 de enero como inspiración en la continuidad de la lucha.