El diputado según Martí

La vigencia del pensamiento de José Martí se aprecia cuando al repasar sus escritos dice que el Diputado es el encargado por el pueblo para que estudie la situación, para que examine sus males, para que los remedie.

 El Maestro, en sus constantes enseñanzas, refirió que la silla curul es la misión, no la recompensa de un talento inútil, no es el premio de una elocuencia incipiente, se viene a ella por el mérito propio, por el esfuerzo constante.

 Diputado, dijo Martí, es el que merece serlo por obra posterior y concienzuda, no el que por méritos del azar se mira inteligente y se ve dueño.

 Al definir al diputado, el Héroe Nacional cubano precisó que es imagen del pueblo, óbrese para él, estúdiese, muéstrese efecto vivo.. el beneficio no es aquí más que el deber, todavía se llama al deber  bien que se hace.  

  A las puertas de nuestras elecciones generales, es útil retomar la reflexión martiana y la vigencia de sus palabras, cuando define que la diputación no se incuba en el pensamiento ambicioso, se produce por el asentamiento general.

 Todos, agrega Martí,  creen útil a uno, nombrado realmente por el bien hecho, por la confianza inspirada, por la doctrina propagada, por la esperanza en lo que hará

 El hombre útil tiene más derecho a la diputación que el hombre inteligente, el inteligente puede ser azote, el útil hace siempre bien.

 Y concluye en su artículo publicado en la Revista Universal de México, que la inteligencia no es la facultad de imponerse, es el deber de ser útil a los demás y así deben ser nuestros Diputados.