Del Camagüey lo mejor y con todo empuje

 Los camagüeyanos también nos consideramos herederos del pensamiento y patriotismo de José Martí, aun cuando el Héroe Nacional de Cuba no pisó la extensa llanura y mucho menos la otrora Villa de Santa María del Puerto del Príncipe.

Sin embargo, aunque parezca una paradoja, en la vasta obra martiana están presentes numerosas valoraciones sobre esta región de la Isla y las menciones a más de un centenar de independentistas camagüeyanos, que habían resistido los rigores de diez años de lucha insurreccional y estaban dispuestos, nuevamente, a esgrimir el machete mambí.

En la complicidad de los preparativos para el reinicio de la lucha contra el colonialismo español trascendió aquel elogio “Que la Patria reciba siempre del Camagüey lo mejor y con todo empuje”.

En una investigación realizada por el Doctor en Ciencias y en Ciencias Filológicas y Miembro Correspondiente de la Academia Cubana de la Lengua, Luis Álvarez Álvarez, y el historiador Gustavo Sed Nieves (fallecido) se afirma que Martí siempre estuvo muy vinculado a los habitantes de la región.

Los estudiosos citan la referencia martiana a Puerto Príncipe, el 28 de enero de 1893:

¡Ése sí es pueblo, el Camagüey! El sábado vienen todos, como un florín, a la ciudad, al baile y al concierto, y a ver a sus novias; y hay música y canto, y es liceo el pueblo entero, y la ciudad como una capital: ¡el lunes, a caballo todo el mundo, con el lazo a las ancas, a hacer quesos!» Así, admirado, decía ayer un criollo que viene de por allá, y sabe, por esta y otras raíces, que no todo es en Cuba papel sellado y mármol de escalera, hecho a que escriban en él y a que pisen en él; ¡sino tronco de árbol, y mozos que pueden partir un rifle contra la rodilla!.

Donde quiera que estuviera, bien en la Isla o allende a los mares, de alguna manera contó con la cercanía de un hijo o hija de estas tierras. Minuciosamente ampliaba los conocimientos sobre los habitantes de esta región en la epopeya mambisa de la Guerra los Diez Años, la cultura y costumbres principeñas, impresiones y vivencias con las camagüeyanas, y la singular hospitalidad de nuestro pueblo.

Sobre todas las cosas, resaltan las valoraciones en torno al insigne patriota Ignacio Agramonte:

“Sin más ciencia militar que su genio, organiza la caballería, rehace el Camagüey, mantiene en los bosques talleres de guerra, combina y dirige ataques victoriosos”…En el sentido de la reorganización de la lucha insurrecta puede apreciarse la frase: “De Ignacio Agramonte, todo es nuestro: su abnegación nos guía, su carácter nos honra.” Martí afianzaba en su proyecto libertador la decisiva participación de los camagüeyanos. En marzo de l894, un año antes de la nueva clarinada mambisa escribe a Máximo Gómez […] ni al Camagüey ni a ninguna otra comarca, pero sobre todo al Camagüey, la dejaremos de la mano: hombre por hombre se sentirán agasajados, llamados, suavemente empujados, sin que en detalle alguno, ni siquiera en el de la forma que quieran dar a su organización local, puedan creerse víctimas de la menor intrusión directa o indirecta: –fío mucho, en las cosas de los pueblos, –y sólo en eso fío, –en la justicia natural del hombre, tratado con cariño y con respeto.

Cuando llega otro nuevo aniversario del natalicio del más universal de todos los cubanos, José Martí y Pérez, los camagüeyanos evocamos el legado de su inspirador patriotismo, principios éticos que son la base de la Revolución cubana en nuestros tiempos y lass ideas inspiran la libertad y progreso en un mundo mejor.