Camagüey- «Llegué al Programa de Alcohólicos Anónimos (A.A) en 1986, como un hombre impulsivo y con una rabia enorme contra el mundo. Afortunadamente, sucedieron cosas que me hicieron recapacitar, la primera, conocer la comunidad y la segunda, encontrar aquí personas que apoyaron mi recuperación. Llevo 28 años sin beber». Testimonios como este se repitieron sin cesar durante el encuentro distrital de A.A en la provincia, evento realizado en la Casa Natal de Carlos J. Finlay.
Con 57 participantes (miembros de A.A, amigos y profesionales) de los dos distritos que componen la comunidad en Camagüey, el intercambio tuvo como lema «Nuestro objetivo primordial: transmitir el mensaje»; reconociendo la importancia de la difusión del programa.
«No podemos hablar del impacto de A.A sin dejar de mencionar las juntas abiertas, espacios donde familiares o personas que conviven en su entorno con alcohólicos, e incluso ellos mismos pueden informarse. Además, nuestro sistema de servicio garantiza esa continuidad e integración entre quienes llevan más tiempo en A.A y los que se incorporan», expresó el coordinador del distrito 2.
A esta opinión se sumó la del delgado del grupo «De vuelta a la vida» de Siboney, pues él también llegó al programa por la mano de uno los servidores más longevos en esta localidad.
«El servicio me permitió conocer realmente la historia y evolución de Alcohólicos Anónimos y pude demostrar mi gratitud a quienes me apadrinaron en los inicios. Hoy me siento feliz, pues aquí recibimos por vez primera a una persona que comienza a dar los pasos para dejar de beber, alguien que me llamaba constantemente y que no se rindió para llegar a este momento».
Durante la actividad se habló de la expansión de los grupos – que en Camagüey suman 10 activos- con la creación de uno en Las Cruces y próximamente otro en Florida; números que transmiten esperanza para las localidades más alejadas de la cabecera provincial.
Como colofón de la jornada se dialogó sobre la reactivación de la Al-Anom (comunidad de amigos y familiares de alcohólicos), organización que va tomando fuerza en la zona. Con un total de cuatro miembros por el momento, se reúnen en la Iglesia de San Lázaro – espacio donde también esta el grupo «Unidos por los que vendrán»- para compartir experiencias y consejos para la rehabilitación de los bebedores.
A.A es una comunidad mundial, creada en 1935 por Bill Wilson y el cofundador, Robert Holbrook, que orienta a sus miembros a la superación del alcoholismo. No tiene fines de lucro y enseña herramientas para alcanzar la sobriedad resumidas en los doce pasos y las doce tradiciones, fundamentales en el plan de rehabilitación de la persona.
Foto Avianny Delgado Herrera